No han pasado ni más de 15 minutos cuando alguien golpea la puerta de mi oficina. Me levanto, giro la perilla de la cerradura para desbloquearla y luego abro la puerta para encontrarme con Carlo y otro hombre bastante alto de cabello n***o y ojos del mismo color. —Pasen. — Indico y apenas ellos terminan de entrar a la oficina, yo cierro la puerta detrás de ellos. —Señorita Ferrara, le presento a Ignazio Cavalli, jefe del área de tecnología de la empresa. — Me explica Carlo y de inmediato estrecho la mano de Ignazio. —Un gusto. — Digo mirándole a los ojos y una vez que las presentaciones han sido hechas, voy a mi silla. –Debo advertirles que esto debe quedar en absoluta confidencialidad. – Les digo firme –Ni siquiera el señor Mancini ni cualquier otro ejecutivo de la empresa puede saber