Algunos días ya habían pasado, demasiado rápido, para Michael y Shelly, quienes estaban distanciados aún. Ya casi llegaba el día en el que Shelly tenía que salir de viaje, pero ella no quería irse sin visitar Amber Village, por la promesa que le había hecho a Michael entre sueños. Ese día le rogó al alcalde que la llevara. —Ryan... ¡Necesito ir a Amber Village! Mi corazón me dice que no me puedo ir sin estar allá... ¿Puedes llevarme hoy? ¡Te lo suplico! —imploró Shelly. —Pero, Shelly... Mañana es el día del vuelo y tenemos que salir muy temprano... Tenemos que ir descansados... ¿No prefieres que vayamos a Amber, regresando del viaje? —propuso el alcalde. —¡No Ryan! ¡Te lo suplico! ¡Tiene que ser ahora! —rogó Shelly. —De acuerdo, de acuerdo... Iremos un rato... Pero no olvides que t

