Después de la peor noche en la vida de Michael, él necesitaba oír una voz amiga, así que le marcó a James, para llorar y confesar su desamor. —¡Hey Michael! ¿Cómo va todo en Amber? —saludó James de buen ánimo, sin sospechar lo que Michael estaba a punto de confesar. —¡Terrible! ¡Siento que podría arrojarme al abismo en cualquier momento y simplemente dejar de existir para no sufrir este horrible dolor! —se lamentó Michael, con las inminentes lágrimas que nublaban su vista. —¡Wow, wow, wow...! ¡Tranquilo amigo! ¿A qué viene tanto sufrimiento? ¿Qué pasa? —trató James de comprender el dolor de su amigo. —¡Lo peor, amigo! ¡Lo peor que podría pasarme, al fin pasó! —exclamó Michael, tratando de sacar la presión que sentía en su pecho. —¿Le pasó algo a Shelly? ¡No me digas que ella...!

