Shelly la pasó muy bien comiendo en el apartamento de Michael, junto con Betty. Se sintió como una comida en una verdadera familia. Betty ponía la chispa de vida y alegría en la mesa, con sus bromas, juegos y maravillosas risas. Además, Shelly se sentía mucho mejor, ya que aquél delicioso baño la ayudó mucho con el resfriado. Y ni se diga de la comida de Michael. Su amor se sentía en el delicioso sabor de sus platillos. Shelly la pasaba tan bien, que se sintió completamente lista para ir a su curso por la tarde. —...¡Jajaja!... Betty... ¡Ya hiciste una carita con los tomates y la lechuga!... Jajaja... en verdad que eres creativa.... Hoy sí que estoy disfrutando la comida.... —dijo Shelly, con la sonrisa de oreja a oreja. —Eres tú, Shelly... jijiji... Tu mismo retrato... Así se te ponen l

