Olivia abrió la puerta completamente, con una expresión de ira en su rostro, pasando a golpear el hombro de Mariana en el proceso. Eso la desconcertó un poco porque la señorita Olivia nunca se había comportado de esa forma con ella y quizás con nadie en público, pero parecía bastante molesta.
Mariana giro un poco la mirada mientras la veía alejarse por el pasillo, quiso pensar que solo estaba teniendo un mal día, porque de otra forma, lo tomaría como algo personal y eso no era bueno para ella.
Sebastián se aproximó a la puerta, pero no se atrevió a mirar por el pasillo para ver a la mujer a la que acaba de advertir que su relación no llegaría a ningún lado, que no fuera únicamente para placer.
—Entra, por favor—dijo Sebastián con un tono de voz bajo y tierno, sin esperanzas de ser perd
