—No puedo creer que hayan hecho eso —dice Sofía con evidente molestia mientras acomoda unos cupcakes en unas cajas antes de ser enviadas. —Te juro que yo no lo sabía, amiga. Luzio me tomó por sorpresa. Tampoco estaba preparada para lo que pasó. Milena se acerca a su amiga, pero ella se vuelve a alejar. —Hemos sido amigas por siempre, merecía estar ahí contigo, Milena. Me duele que no me hayan tomado en cuenta, sobre todo, porque los amigos de él sí estaban. —Sé que estuvo mal, por eso te he estado pidiendo disculpas durante toda la mañana. ¿No me vas a perdonar? —Milena le quita la caja que tiene en la mano y la deja en la mesa para poder tomar sus manos entre las suyas antes de continuar. —Eres mi única familia, Sofía. Eso no está en discusión. Me hubiese encantado que estuvieras all