Habian una semana desde que Adara habia vuelto, pero Sila seguia sin aparecer. Marina sentía que algo no iba bien, sobre todo porque siempre que ellas preguntaban por Sila ella cambiaba de tema.
Marina y Adara estaban sentadas bajo la sombra de un árbol, mientras sus hermanas jugaban en el lago que había frente a ellas. Marina la veía intensamente, Adara no pudo seguir ignorándolo y preguntó.
_ ¿Qué pasa Marina?
_ ¿ Por qué lo preguntas?
_ Es que me miras como si quisieras preguntarme algo.
_ Es verdad no lo voy a negar, hay algo que me ha estado inquietando Desde que llegaste y no solo a mí también a nuestras hermanas, pero como tú no pareces querer hablar de ello, se han abstenido de preguntártelo.
_ ¿ Pero supongo que tú ya no lo vas a seguir haciendo no?
_ Así es, ¿Quiero sab
