Las palabras de Sila eran frías como el hielo, como golpes de espada que atravesaban su corazón. Ella no le quería y parecía que nunca lo haría, en un principio, él pensó que ese era su carácter, incluso lo encontró atractivo, pero al ver como trataba a su caballero, como había saltado del balcón solo para estar con él, como se había enojado al pensar que lo habían lastimado, se dio cuenta de que no era así.
Ella le odiaba, su mirada llena de desprecio y sus frías palabras le dejaron en claro que no le gustaba.
_ Lo siento.
Dijo con la voz quebrada. Siguió murmurando las mismas palabras con una voz gruñona, como si su ira estuviera a punto de explotar y luego dijo con una voz débil como si de repente algo se hubiera roto dentro de él.
_ Se que la he estado obligando a aceptar mis sen
