Sila se le quedó mirando fijamente a los ojos y el deseo egoísta de tomar a ese cachorro emergió de lo más profundo de su ser.
Puso su mano encima de la de él, que seguía acariciando su mejilla y le dijo.
— Príncipe Terran, yo soy alguien muy egoísta, y no soy tan buena como crees.
— Eso no me importa.
— Eso dices ahora, pero si realmente me conocieras, no pensarías lo mismo de mí, soy un lobo escondido bajo la piel de una oveja.
— No me importa, porque quiero estar con usted, princesa Sila.
— Hum… en verdad no sabes lo que dices.
— Claro que lo sé.
— Me siento atraída hacia ti, al igual que se siente atraído hacia mí y entre más cerca estamos más difícil me resulta mantenerme
lejos, ¿será por que soy su pareja?, ¿Me pregunto si esto que sentimos el uno por el otro es real o si s
