Liam beso cada parte del cuerpo de Adara, aunque no dijo ninguna palabra como lo había hecho al principio. Con sus caricias y sus besos expresó lo que su boca no podía expresar. Aunque Liam ardía de pasión, se contuvo, fue dulce y amable, intentando ser lo más cuidadoso que pudo, para no lastimar a Adara, no quería que ella odiara su segunda vez, pero por la dulce voz que salía de su boca, ese no parecía ser el caso. Cuando los dos llegaron al clímax, Adara se recostó en el hombro de Liam, mientras él acariciaba su espalda, completamente agotada, él le preguntó. — ¿Te encuentras bien? — Si. Respondió Adara en voz baja. En realidad ella se encontraba más que bien, Liam la había hecho subir al cielo sin dejar su cama, pero eso no era algo que no pensaba decirle. — ¿Estás segura?, pue

