CAÍDA CINCUENTA Y OCHO “¿Va a venir?” preguntó Patty, ansiosa. No podía creer que en verdad estuviera suplicando porque el asqueroso hacker se les uniera. Héctor resopló. “Por supuesto que va a venir. Viene corriendo hacia acá mientras hablamos, si lo conozco bien. ¿Una fiesta llena de Chicas Posters? No se la perdería aunque tuviera una pistola apuntándole a la cabeza”. Ella se mordió el labio y esperó. Estaba lista caminando de aquí para allá en el apartamento. Héctor había adquirido un traje de un servicio de alquiler de último minuto y se veía bien con él. Ella estaba concentrada en sus pensamientos, preocupada. Él estaba listo y no le miró a los ojos mientras decía, “sabes que en algún momento vas a tener que decirme algunas cosas”. “¿Cómo qué? Patty se espabiló. “Nicomedes me