Jade Quizás sea la adrenalina mezclada con las desesperantes ganas de terminar este calvario provocado por ese monstruo, pero por mucho que doliese mi cuerpo, estaba dispuesta a darlo todo con tal de salvaguardar las vidas de ellas. Así, en unos instantes fuimos rodeadas por algunos guardias que nos aventaron contra la pared y nos amarraron de las muñecas a mi hermana y a mí. —¡Largo! ¡¡Largo!! —gritó Becca intentando apartarlos de nosotras entre puños hasta ser inmovilizada. —¡No la lastimes! —demandamos mi hermana y yo. —¡Silencio! —ordenó uno de ellos—. Preparen la avioneta, debemos sacarlas cuanto antes como ordenó el jefe y vigilen que no escapen, el objetivo está aquí —el sujeto salió dejándonos con otros que nos llevaron por un pasillo. —¡Devuélveme a mis hijas, Oseguera! —el e