El llanto de Mar hace que abra los ojos, después escucho como se cierra la puerta y la habitación queda en silencio ¿qué pasó? No sé. Vuelvo a cerrar los ojos y me quedo dormido.
[...]
Suena la alarma del móvil y de nuevo abro los ojos y me sorprende ver la puerta de la habitación de Nina abierta — ¿Nina? — digo en voz alta, pero no hay respuesta — ¿Nina? — vuelvo a decir y me pongo de pie inmediatamente. De pronto, veo a Mar dormida sobre mi cama entre dos almohadas.—
— ¿Nina? — vuelvo a decir.
Inmediatamente me voy a su habitación la busco, voy al baño, toco la puerta y al no haber respuesta abro la puerta y no hay nadie — ¿Se habrá ido? — murmuro — ¿me habrá abandonado con Mar?.—
Escucho un ruido, la puerta de la habitación se abre y ella entra vestida para hacer deporte con unos leggins negros pegados, muy pegados, que me dejan apreciar sus bien formadas piernas y un top del mismo color mostrando su abdomen extremadamente bien formado «que cuerpazo tienes» pienso.
— ¿Dónde estabas? — pregunto sin tratar de distraerme con su físico.
— Salí a correr antes de que el calor pegue — dice tranquila.
— ¿Y dejaste a Mar sola? — pregunto.
— No, dejé a Mar con su padre o bueno contigo así que ¿qué podría pasar? — me contesta simple y luego camina hacia su maleta y comienza a sacar varias prendas de ropa.
— Y ¿ahora? — pregunto de nuevo.
— Me daré una ducha rápida aprovechando que estás aquí — contesta.
— Espera ¿y si Mar se despierta?.—
— Pues la dices buenos días, la cargas con cuidado, le haces cariñitos y si llora revisas el pañal y si no es el pañal es hambre, le das el biberón que ya está preparado y si no es el biberón entonces quiere atención.—
— Y ¿si quiere atención? — vuelvo a preguntar.
— No es mucha ciencia ¿eh?.. es muy fácil, le das atención, la cargas, le hablas, le cantas — y levanto la ceja — ella siente las vibraciones cuando le cantas — me aclara — en pocas palabras sé padre por no sé, 10 minutos, ¿te parece?
— Oye, pero sí...— insisto.
— Sé padre por 10 minutos el resto del día te olvidas ¿vale?.—
Nina se encierra en el baño y yo me regreso a mi habitación a ver a Mar, la niña aún duerme plácidamente y yo espero que siga así por 10 minutos más. Sin embargo, Nina no se tardó 10 minutos, y cuando la nena empezó a llorar hice todo lo que me pidió pero no funcionó.
— ¿A qué hora saldrás? — le hablo con la niña en mis brazos afuera del baño.
— En 10 minutos más — contesta desde adentro.
— Eso dijiste hace 10 minutos Nina — digo molesto y desesperado porque la niña no guarda silencio.
— ¿Eso te dije? — contesta.
— Nina — digo girando la perilla.
— Ni se te ocurra entrar — me dice firme — si entras mientras me ducho no sabes que te podrá pasar, sé artes marciales.—
Comienzo a caminar con Mar entre mis brazos mientras la muevo pero parece que eso la altera más, veo la hora en mi móvil y me doy cuenta que tengo 10 minutos para estar listo.
Regreso al lado de la puerta del baño — Nina, tengo que irme y ni siquiera he desayunado, ni duchado, y Mar no guarda silencio.
Ella abre la puerta completamente vestida y arreglada — ¿Qué? ¿Estabas lista ya? — digo enojado.
— Sí, eso te dije — me comenta sonriendo.
— Claro que no —
—Sí, yo te lo dije, tal vez no lo escuchaste — dice inocentemente.
— Nina, es en serio tengo que irme. No es un juego — expreso enojado.
— La paternidad tampoco señor y usted debe organizar su tiempo para estar con su hija — me dice viéndome a los ojos.
— No es mi hija — le digo molesto y Mar llora más, comienzo a moverla para que se calle.
— Oye, oye, no es salero — me dice Nina parando mi movimiento — debes hacerlo más lento y con cuidado.
Ella pone sus manos por debajo de Mar y comienza a moverlos a un ritmo un poco más sutil — Así, lento y si puedes vela a los ojos, hazle sentir que estás con ella — me murmura.
Comienzo a moverme como ella me lo pide y Mar comienza a tranquilizarse al punto de que guarda silencio. De pronto volteo y veo a Nina viéndola con una ternura que me hace sonreír — Eres muy buena en esto — le murmuro mientras la veo.
— No, sólo la hago sentir amada, eso debes hacerlo tú también aunque insistas.—
— Nina, no quiero que ella se encariñe conmigo cuando...bueno, no quiero que se encariñe — y le pongo la niña entre sus brazos.
— Entonces ¿para qué tantas molestias Pablo? — me dice fría — Si no quieres que se encariñe contigo ¿para qué comprarle todo y traerla contigo en un viaje? Aún no entiendo.
Me quedo observándola los ojos de Nina son en verdad intensos y si estuviera en otro plan las miradas serían diferentes — No tengo el corazón para dejarla en una casa de cuna — le confieso.
— Pues, sólo te aviso que Mar no es una nena que puedes vestir, alimentar y traer por todos lados ¿eh? Debes decidir qué quieres de ella porque creo que Mar ya tuvo suficiente con una madre que la abandonara como para estar con un "padre" que la niega.
Le dejo la niña en los brazos y me doy la vuelta — te toca desquitar tu salario — le digo frío y regreso a mi habitación cerrando la puerta.
[...]
Tiempo después que salí de bañarme Mar y Nina ya no se encontraban en la habitación, no sé dónde fueron porque las busqué por el hotel pero nunca las encontré, así que me fui y como le dije a Nina si ella hace su trabajo yo puedo hacer el mío y creo que ya quedó claro, eso espero.
Sin embargo, mientras estoy afuera siendo el hombre de negocios que no tiene problemas y que sabe lidiar con cualquier situación que se le ponga enfrente, no puedo dejar de pensar en Mar, esa pequeñita que ahora la está cuidado una chica que literal no tengo ni idea de cuáles sean sus intenciones, pero que por ahora es la única que guarda mi secreto. Los minutos que tuve a Mar en mis brazos, tan tranquila, me han pegado de cierta manera y me obligan a esbozar sonrisas discretas y al mismo tiempo sentirme mal porque la niña no puede escuchar la hermosa canción que Nina le canta para tranquilizarla.
Así que, al llegar al hotel subo directo a mi habitación para saber cómo están y con el pretexto de que descansaré un rato ante de la cena que tengo esta noche. Entro y veo a Nina sentada sobre el sofá, cantando y acariciando el cabello de Mar mientras ella yace tranquila dormida. Cierro la puerta con cuidado y ella voltea.
— ¡Ah! Regresaste — dice sin mucha alegría.
— ¿Dónde te metiste? Te busqué antes de irme — comento en tono de preocupación.
— Recuerda que tengo dos trabajos, fingir que no te conozco y fingir que no estoy, así que básicamente estaba haciendo mi trabajo ¿ahora te quejas de que hago mi trabajo? Además no iba a esperarte a que salieras de tu habitación para decirte que iría a desayunar así que decidí salirme — Nina vuelve a voltear a ver a Mar y sigue acariciando su cabello con ternura.
— Bueno, yo sólo que quería avisarte que ya me iba y...—
— No soy tu esposa para que me avises — me interrumpe.—
Puedo ver la boquita de Mar moviendo el chupete constantemente y sonrío. Ella se da la vuelta y me ve — ¡Vaya! Al menos te causa ternura — me dice.
— No soy de piedra Nina — contesto — Debo admitir que Mar es tierna y es muy bonita, pero hasta ahí.
Ella se pone de pie — Ok, es un avance..—
Camina un poco para alejarse de mí y yo la tomo del brazo, ella me voltea a ver y clava su mirada en la mía y por un instante me siento muy, muy feliz.
— ¿Qué hice ahora? — me murmura.
— Nada — contesto — Sólo que no me gusta que te desaparezcas así sin decirme dónde estás — comento. Ella medio sonríe pero no me dice nada — Tú y yo no hemos tenido una buen comienzo Nina, y ahora estamos embarcados en esto juntos, sí, puede que yo te haya arrastrado a esto pero debes admitir que tu aceptaste ¿no?.
Ella suspira — Ok, si yo acepté, necesitaba el trabajo — me responde.
— Insistes en decirme ¿qué es lo que voy a hacer? pero en realidad no sé qué hacer, y quería pedirte que me ayudaras mientras lidio con todo esto. Yo no quería ser padre y no estaba preparado para esto y eso quiero que lo entiendas, mía o no yo no lo esperaba. Sé que es mala idea y que Mar no debería estar aquí pero, ya estamos los tres y así estaremos por mucho tiempo.—
Veo el rostro de Nina y de pronto pierdo la noción del tiempo, en realidad es muy bonita pero creo que yo he estado muy enojado e irritable para notarlo. Noto que ella puede leer mis pensamientos y esquiva la mirada — lo que quiero decir Nina, es que hoy por la mañana que no te vi me asusté mucho, de repente me sentí muy solo y sin apoyo, tú eres mi apoyo.—
— Entonces deberías agradarle más al apoyo.—
— Lo sé, pero insistes en... debes admitir que eres una persona muy insistente y "pushy" — y ella se ríe.
— Y tú deberías saber explicarte mejor, si no no te entiendo. Si me explicas bien lo comprendo — me aclara — pero siempre eres quejas aquí, negatividad y estrés y eso no funciona conmigo.—
Sonrío porque sí, ese ha sido el Pablo que ella ha conocido— Lo que quiero decirte, es que cuento contigo para que esto funcione, que por ti hoy puedo irme a hacer mi trabajo tranquilo sabiendo que todo está bien con la bebé y que al menos por ese pequeño momento no debo preocuparme. Sí, me desespera a veces que llore tanto y que no pueda hacer nada pero, no soy mala persona, por eso no la pude dejar en una casa de cuna como tú insistes, ni abandonarla en el pasillo de otro edificio.
— Es bueno saber eso, al menos yo podré dormir tranquila — y sonríe.
— Ok, qué te parece si volvemos a empezar ¿vale? — le comento tranquilo — y como ofrenda de paz, traigo un regalo para ti.
Entonces me alejo de ella abro la puerta de la habitación y entro con un cochecito para bebé de color rojo, parecido al que ella vio en la tienda días atrás. Ella sonríe.
— Soy más de joyas y diamantes — me contesta bromeando — pero un carrito para bebé no está mal.
— Tómalo como un regalo de paz ¿ok? Que todavía hay un camino largo por recorrer y creo que no necesitarás.—
Ella toma el carrito y lo mueve un poco, después abre la capucha y ve adentro una bolsa — ¿y esto qué es?
— Es más ropa, para la niña y cosas que tú me dijiste que comprara pero que yo me negué.—
Ella se ríe al sacar la ropa y verla — Compraste ropa como para una niña de 2 años, aún no le va a quedar.—
— Pues cuando le quede se las pones — comento.
Ella me ve a los ojos — Entonces ¿eso quiere decir que ya no vamos a donar las cosas cuando termine este viaje?—
— No empujes Nina, paso a paso por favor.
— Ok, me conformo con esto por ahora — dice sonriente.
— También te quiero pedir que nunca más vuelvas a hacer lo de la mañana, yo no puedo llegar tarde ¿puedes? Si llego tarde con un cliente me puede costar millones.—
— Prometes entonces al menos tratar con Mar un poquito.
— Trataré — contesto sin más y ella hace una cara de que no le agradan mucho mis palabras — Ok, prometo que trataré.—
—Perfecto, porque iré a comer algo, así que puedes empezar de una vez — y toma su bolsa y camina a la puerta.
— Pero Nina — digo sorprendido.
— Sólo bajaré a comer al restaurante y regresaré a tiempo, ahora quédate con ella ya sabes qué hacer.—
— ¿Es en serio? — pregunto de nuevo mientras veo cómo sale de la habitación y me deja pie en medio de ella, pero en lugar de quedarme enojado me quedo sonriendo como idiota — Dios, esta mujer es... — pero me doy cuenta que no tengo palabras para describirla. Sólo sé que es Nina y que por ahora sin ella estoy perdido.