Las calles de esta ciudad ahora parecieran ser mucho más hermosas de lo que eran ayer, supongo que es el amor lo que me hace ver todo de esta manera. Caminar de su mano, besarnos en medio de la calle solo porque si, y que me abrace para que continuemos de esa manera, me hace sentir la mujer más especial del mundo. —¿Siempre serás así? —indago mientras nos quedamos mirando el hermoso paisaje que ofrece el palacio Zwinger. —¿Así como? —cuestiona y sonrío. Su barbilla apoyada en mi hombro, y su aliento tan cerca de mi cuellos altera mis sentidos, y es que en el fondo todo mi ser aun continua sensible a su presencia. Es increíble, pero todavía siento sus caricias sobre mi piel, sus besos, y a él en mí. —Romántico, dulce, atento… perfecto —suelto tratando de respirar con normalidad, aunque