Al día siguiente: 23 de julio La noche de anoche tampoco hemos dormido mucho, y es que para mi propio asombro, fui yo quien tomo la iniciativa anoche. No sé cómo hice para no morirme de la pena, pero es que Mykel me hace sentir segura de mí misma a cada momento, incluso cuando me pare frente a él con un conjunto de lencería traslucido. Hoy es él quien todavía duerme, y yo quien lo observa como el más bello paisaje que he visto jamás. Verlo boca abajo con su espalda al descubierto mostrando cada uno de sus bien trabajado músculos me hace sonreír. Este es nuestro último día aquí y a pesar de que me muero por ver a mi hija, también me encantaría que este día se hiciera eterno. Inevitablemente mi mano se acerca a su piel y con la punta de mis dedos rozo su piel suavemente y me muerdo los la