Al día siguiente: 11 de septiembre No estoy segura si el motivo por el cual no me puedo levantar de la cama es el embarazo o la larga noche que Mykel me ha hecho vivir. Lo único que sé es que el molesto sonido de mi celular me hace despertar. —Apaga la alarma, es muy temprano y los niños aun duermen —me pide entredormido y sonrió. —No es la alarma —digo y simplemente tomo el celular de mi mesita de noche para contestar sin siquiera ver la pantalla—. ¿Hola? —contesto y me levanto de la cama para que Mykel pueda seguir descansando. —Hola, ¿Nahía? —escucho la voz de un hombre. Trato de reconocer quien me habla y por ende miro la pantalla del celular, pero no reconozco el número. —¿Quién habla? —inquiero confundida mientras voy hacia la cocina. —El hombre que te arruino la vida —me di