-¿Qué pasó? – preguntó Georgia con la voz adormilad y tocándose la cabeza, que le dolía como los mil demonios.
La chica no recordaba absolutamente nada, estaba desorientada, no sabía qué hacía en ese sitio ni mucho menos cuanto tiempo llevaba allí, de repente, lo único que había en la cabeza de la mujer era una bruma gris que no sabía cómo manejar, solo tenía claro que era jodidamente frustrante porque ella sabía que algo malo había sucedido, solo no estaba segura de que tan malo había sido.
Al no encontrar recuerdos en su cabeza, los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas, pero ella respiró profundo, intentó calmarse y entonces se incorporó en la cama, sentándose para poder mirar bien a su alrededor.
En cuanto tuvo una vista más clara del lugar en el que estaba, pudo determinar de
