La mano de Egil tiembla de sobremanera al ver a Adelaide moverse. Algo en su pecho duele al ver su larga cabellera cobriza moverse de un lado a otro. —Trae a Mercedes, ahora mismo —Ordena al guardia antes de salir del lugar. Este sale inmediatamente en busca de la sirvienta. Egil llega a su habitación con una mezcla de sentimientos causando estragos en su pecho. Dolor, tranquilidad, rabia, tristeza, alegría. ¿Acaso él estaba esperando que esa traidora despierte? Se golpea la cabeza por la pared a un punto doloroso mientras ríe como un maldito desquiciado. —¿Te encuentras bien? —Gage lo encuentra totalmente fuera de sí cuando abre la puerta. Egil niega. Es la primera vez que Gage lo ve tan afectado por algo. —Ella despertó —Todo tiene sentido para Gage ahora. —¿Qué piensas hacer con el