Unos gritos en el piso de abajo ocasionaron que Analia se despertase, de mal genio se levantó de la cama y fue al baño a lavarse la cara y la boca. Sin molestarse en cambiarse de vestimenta sólo tomó la bata y la puso encima de su pijama, salió de su habitación y cuando bajaba las escaleras los prometo que visualizó fue a su padre dar vueltas bastante molesto sin para de dar órdenes a sus hombres, y por otro lado se encontraba Damián hablando por teléfono, este parecía bastante frustrado. —¿Qué sucede? —preguntó terminando de bajar las escaleras. Su padre la miró y no dudó en acercarse a ella y envolverla en un abrazo fraternal. Repartió bastante besos en la coronilla de su cabeza. —¿Por qué no me lo habías dicho? —le interrogó separándose y mirándola fijamente —Si tan sólo me lo