Avery la miró con mala cara, su cuñada no le agradaba nada. Era demasiado altanera y se creía la reina del lugar. Podría ser muy la esposa de su hermano pero para ella no era nadie allí, no hasta que demostrara totalmente leal a Andrew. Esa era una las reglas por las cuales se regía aquella mafia. Era la total lealtad por el jefe. —Tal vez sea así, pero quién sabe todo cambie y mi hermano se canse de lidiar con una puta con aires de grandeza. La sonrisa de Avery era de total satisfacción al ver cómo el rostro de Analia se contraía debido a la ira. La princesa de la mafia perdió los estribos y se abalanzó sobre su cuñada, trato de hacerle una llave pero Avery fue lista y se lo impidió. Se fueron a los golpes, daban una escena bastante entretenida, los guardaespaldas de Analia no hi