Las dos chicas llegaron al centro comercial, entraron a varias tiendas exclusivas y se probaron varias prendas. Entre ellas se daban la aprobación, ya Analia llevaba bastante ropa que había elegido. —Dime, cómo es pertenecer a la mafia italiana —preguntó Jazmín en un intento de sacarle conversación. —Pues normal, es como pertenecer a cualquier otra mafia —contestó Analia al no encontrarle sentido a aquella pregunta. —Si, pero... bueno yo imagino qué hay más acción ¿no? Digo, es la mafia más poderosa junto a la rusa. Analia rió mientras observaba algunas prendas de lencería. —Hay más trabajo, si. Más enemigos y tú vida corre demasiado riesgo por segundo. Te contaría más pero estamos en un centro comercial, no es adecuado. —Si, tienes razón. —¿Cómo crees que me quedaría este con