Capítulo 23.1

1065 Palabras

(Narra Cordelia) Al final no encontré nada, caminamos por las calles mugrientas de Liberty para ir a entregar los tomates que mi madre había cosechado para la señora Russo. Era medio día y todos estaban en movimiento. Al entrar en casa de la señora Russo, esta nos recibió de forma atareada. ―Buenos días señora, Russo. ― La saludamos con amabilidad ― ¡Jovencitos! ― Amasaba con ambas manos una masa gigantesca y blancuzca de agradable aroma. ― Dejen los tomates por ahí. ― ¿Necesita algo más, señora Russo? ― Anton ya estaba arremangando la camisa, listo para ayudar con esa masa. ― No, joven Anton. ― Sonrió mostrándonos los dos hoyuelos de sus mejillas. ― Esta es una masa especial para una torta. Una vieja receta de mi pueblo natal, necesita ser amasada solo por mí o no va a quedar bien.

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