(Narra Cordelia) ― Está casada con un…― parecía que la daría urticaria de solo decir la palabra. ― Pastor protestante loco. ― ¿Loco? ― Me incliné para acercarme más a ella. ― Sí, loco. Un fanático, pequeña. Le gusta ver cosas donde no las hay, y mi hermana es presa de ese hombre. No la he visto desde hace 6 años, y su correspondencia siempre es revisada por él primero. ― Mi cara de disgusto fue muy obvia. ― Lo sé, yo también pienso que está mal. Charlamos de otras cosas más triviales, sobre mi familia y sobre la de ella, me contó algunas cosas de Anton de cuando era más pequeño. Ya tenía material para molestarlo. Un poco después Anton apareció, primero subió a toda prisa las escaleras, unos minutos después, bajo y se unió a nosotras. Pasé el resto de la tarde con ellos. Y al dar las 4,

