Pablo Wayne había creído que evadiéndolos durante las semanas previas al concurso, podría ver a sus amigos sin querer romperles la cara. Se había equivocado. Marlon llevaba más de veinte minutos fulminándolo con la mirada desde el otro lado de la habitación, pese a los constantes regaños de Tyler por lo mismo. El chico de cabello castaño estaba nervioso por el concurso y, como si eso no fuera suficiente, la discusión anterior aún mantenía el ambiente entre ellos tenso. —Deja de pasarte las manos por el cabello —Tyler lucía más estresado que de costumbre, tal vez por el hecho de tener que evitar una posible pelea—. Desordenarás tu peinado. ¿Por qué no puedes ser como Pablo y quedarte quieto? —¿Ser cómo Pablo? —Marlon se veía indignado—. ¿Te refieres a comportarme como un traidor y deja