Lissana volvía a su habitación cuándo se encontró con Uzziel. Él se había estado todo el día en la habitación de los guardianes, en ese momento se veía agotado. — ¿Estás bien? — Ese maldito vejestorio da más vueltas que una rueda. — Te dijo algo que valga la pena. Uzziel se masajeó los ojos, mientras se le escapaba un gran suspiro. — No, me dijo que volviera mañana. — Quizás no tenga la menor idea de cómo llegar. — Creo que solo quiere ser escuchado, hoy me estuvo contando toda su vida, estoy seguro que en algún momento llegará a la parte que nos interesa. — Si, te ves cansado, deberías irte a dormir. — Si, mañana me espera un día largo. Uzziel camino hasta su habitación tambaleándose. Al volver a su habitación Lissana salió un momento al balcón. La luna brillaba en el ci