Lissana intentó dormirse temprano esa noche, pero le fue imposible, había demasiadas cosas rondando su cabeza y terminó quedándose dormida al amanecer. Marie fue a buscarla al mediodía, tal y como había pedido días anteriores, cuando pasaba sus días con Fara y Uzziel. Marie tocó la puerta repetidas veces, al no recibir respuesta, decidió entrar, Lissana seguía profundamente dormida. Marie tuvo que sacudirle el hombro para lograr despertarla. Lissana entreabrió los ojos y susurro con voz cansada. — Déjame dormir un poco más. — Ya es mediodía princesa. Al escuchar que hora era, Lissana se incorporó de golpe. — Por qué no lo dijiste antes. Lissana se levantó a toda prisa, no tenía tiempo para un baño, así que solo limpió su cuerpo con un paño húmedo. Después de cambiar sus ropas sali