Abril tardó casi cuatro días en recuperarse. Alessandro permaneció todo el tiempo a su lado, haciéndole saber que no estaba sola y que lo estaría. En la mañana del cuarto día, al despertar, se encontraba en los brazos de Alessandro, ella se aferró a él. Él la cubrió con sus brazos y dijo palabras dulces y cálidas, para tranquilizarla, como había hecho días atrás. — Estoy bien Lessan, ya puedes parar. Alessandro se incorporó, buscó su mirada, sus hermosos ojos dorados, antes llenos de desesperación, ahora mostraban una mirada clara y calmada. — ¿De verdad estás bien? — Si, estoy bien. Alessandro tomó su mano, entrelazo sus dedos con los de ella y le dijo. — No te dejaré sola. — Lo sé, es solo que me pareció impactante, hemos pasado por mucho y no soy tan fuerte como antes. — Sé qu