—¡¿Mamá?!
—¡¿Tía?!
—¡Hijos!
—¡¿Hijos?! ¿Cuándo demonios tuve yo una hija?
—¡Aaron, no seas malo! —le regañó su esposa, plantando un fuerte beso sobre mi mejilla—. ¿Cómo estás? ¿Has comido bien? ¡Te ves tan linda! ¡De seguro debes tener novio! —mi tía pelirroja fijó sus ojos en Ethan, quien le devolvió la mirada, curioso—. De seguro tu hermano mayor no te ha dado problemas de celos, ¿cierto?
"¡¿Hermano mayor?!"
—¿Hermano mayor? —Ethan alzó su ceja y se acercó con calma.
No parecía el chico que aquella mañana se había levantado una hora antes, sólo para ir a despertarme al cuarto, con un beso.
Se veía calmado y sereno, ajeno al mundo, como era antes.
—Es que siempre he sentido a Natalie como mi hija —se disculpó mi tía Blanca, con una sonrisa—. Así que en teoría… ustedes son como h
