Cualquiera sabe que un simple baile no ha de traer tantos problemas… cuando eres un chico. Pero cuando eres una chica, estas cosas significan un caos. ¡Se necesita tiempo para todo! Chris y yo lo sabíamos, y como grandes chicos que éramos, ninguno dudó en ir a molestar a Natalie, durante la tarde previa al baile… —¡Largo de aquí! —exigió ella, enfadada—. ¡O les juró que necesitarán trajes nuevos! —Pero yo quiero ver el vestido —pedí, con ojos de cachorrito, mientras Natalie empujaba con fuerza la puerta para poder cerrarla. Chris rió con malicia. —Dirás que quieres verla sin el vestido… Enrojecí de golpe, giré y no dudé en golpearlo con fuerza. Aunque Chris me esquivó con agilidad. —¡Silencio! —exigí, avergonzado. —Oh, pero Ethan, déjame saciar tus fantasías —pidió él, con tono s