La pelirroja me miró como si me hubiera salido un cuerno en la frente. —¿Qué…? —sus ojos estaban muy abiertos. Volví a patear la piedra y dejé caer la peluca en el piso. —Lo que he dicho, Ameliè… soy… Ella comenzó a reír de golpe, algo completamente inesperado a lo que sería una reacción natural. —Basta con la mentira —suplicó, secándose las lágrimas de risa, supongo— Aunque ha sido buena, no lo niego. —No miento —dije tan seriamente, que ella paró de reírse al instante. —E-Es en serio, Maurice… —comenzó a fruncir el ceño. —Hablo en serio —me puse de pie, decidido—. Mi nombre es Ethan Wells, el protegido de Luciano Thompson. —Maurice… —Agh… lo siento. Sé que no debes creerme. —Es imposible que lo seas —afirmó Ameliè, frunciendo el ceño aún más—. Porque de ser así… ¿Qué haces tr