11. Te gustan

1539 Palabras
Narra Amaris: Me despierto y al principio me desconcierta el lugar en el que estoy pero luego recodé todo lo que he vivido en tan solo dos días, me levanto para darme un baño, me quito la pijama y me meto en la regadera para abrir las llaves de agua fría y caliente. Cuando termine de bañarme, me puse una bata de baño y puse una toalla en mi cabello, salí hacia mi armario, como dije hay pocas cosas así que hoy iré de compras, me puse algo cómodo pero sexy. Me puse unos tenis blancos y ate mi cabello en una coleta alta, me maquille ligeramente y salí de mi habitación, en el camino algunos guardias se me quedaban mirando, yo les sonreía coqueta pues a pesar de ser solo guardias todos son muy guapos, llegue a la cocina donde un Omega de mas o menos mi edad estaba preparando el desayuno. — Buenos días— se sobresalto y me miro yo le sonreí, con inocencia. — Discúlpeme princesa no estoy acostumbrado a que entren en la cocina y menos tan temprano— hizo una leve reverencia. — No te preocupes solo tenía antojo de fruta y eso es todo, yo estoy acostumbrada a levantarme temprano así que seguramente me verás seguido por aquí— — Permítame ya mismo le pico su fruta— negué y el se detuvo. — Trátame de tu, soy Amaris y yo puedo picar mi propia fruta, no crecí aquí como mi hermano y estoy acostumbrada a hacer las cosas por mi misma— — Esta bien Amaris, yo soy Theo el chef real— asentí, me indicó dónde estaban los cuchillos y las tablas de picar, pique solo fresa ya que es mi fruta favorita. — ¿Sabes como a que hora se despiertan todos?— pregunte mientras continue picando las fresas. — Los reyes en una hora mas y el príncipe hasta el medio día normalmente— asentí vaya que mi hermano es un flojo, cuando termine de picar las fresas las puse en un plato, lave el cuchillo y la tabla. — Nos vemos luego— salí de la cocina con mi plato de fresas, fui hasta el comedor, ahí descubrí a los gemelos comiendo una manzana cuando me vieron uno se levanto a separar una silla de la mesa para mi y él otro me miraba de arriba a abajo lentamente, me senté en la silla que Marlon me ofreció, cuando me senté me arrimo a la mesa. — Te ves muy bien el día de hoy princesa, estás muy guapa— Micael me guiño un ojo. — Al igual que ustedes Mic— decidí ponerle esa abreviatura a su nombre y al parecer le gusto mucho, tome una de las fresas picadas para llevarla lentamente a mis labios la saboree y ambos prestaban atención al movimiento de mi boca, luego ambos se reacomodaron en sus sillas. — Ehh oye ¿quieres ir a dar una vuelta con nosotros mas tarde?— preguntó Marlon a lo que yo asentí. — Si por que no— nos quedamos en silencio ellos daban pequeñas mordidas a sus manzanas y yo comía mis fresas en absoluto silencio pero no nos quitábamos la mirada de encima hasta que. — Buenos días chicos, buenos días mi pequeña— mi papá beso mi frente y amenazaba con la mirada a los gemelos al mismo tiempo. — Buenos días papá— le sonreí. — Buenos días majestades— dijeron los gemelos al mismo tiempo. — ¿Como dormiste nena?— mi mamá y mi papá se sentaron a mi lado. — Muy bien— antes cuando Scott o Valentina me hacían esa pregunta sentía la necesidad de responderles con un sarcástico "pues acostada" pero con mis padres es diferente y ambos asintieron. — ¿Y ustedes chicos?— termine de comer mi fruta y mi papá pidió que nos trajeran el desayuno. — Muy bien majestad gracias por preguntar— contestó Marlon de manera educada por lo que sonreí. — ¿Se levantaron muy temprano o no?— mi papá los miro como si sospechara que me hicieron algo. — En realidad a nosotros en la manada nos despertaban antes del amanecer por que debíamos entrenar y luego ir a la escuela de la manada— explica Micael. — Será interesante ver como entrenan, ¿podría participar?— mi madre le brillaron los ojos con la palabra entrenar, los gemelos asintieron. — Sería un placer entrenar con usted majestad— mi madre sonrió y entonces nos trajeron el desayuno, desayunamos escuchando algunas técnicas de combate yo sabia solo lo básico así que no participe mucho. — ¿Por que no opinas Amaris?— suspire. — En realidad Scott solo me enseño como defenderme, nunca me entrenaron para combate o me enseñaron a usar armas aun que ahora entiendo por que, solo sé lanzar cuchillos o navajas por que todo el tiempo se las arrojaba a Barnabas o a Valentina— mi madre bajo por un momento la mirada. — No es tarde para que aprendas, yo misma te enseñaré y te enseñaré como ser una digna asesina Queen tu hermano sabe muy bien sobre eso al igual que Brooke solo que a ella le enseño tu tío James— asentí. — Por cierto ¿cuando conoceré a mi tío James y al resto de la familia?— — Bueno Amaris por ahora es mejor que no muchas personas sepan que al fin estás aquí, Scott podrías averiguarlo y eso no sería bueno, por lo que tendrás que permanecer en el territorio del castillo hasta que la cabeza de Valentina y Scott estén en nuestras manos ¿entiendes?— asentí pues entendía la preocupación de mi papá. — Lo entendió, aun que quería ir de compras, no quise conservar nada de la ropa que me compró Scott— — No necesitas ir de compras cariño, ya le pedí a uno de los mejores diseñadores del mundo que te haga una colección de ropa, formal e informal tan solo vendrá a tomarte las medidas, vera tu antiguo estilo en fotos de i********: y literalmente hará magia con tu armario— eso me emocionó mucho. — Bueno mientras no haga más magia en nuestro armario con mi ropa me doy por bien servido— lo mire confundida — La última vez que hizo magia en mi ropa fue un total desastre, mis trajes en vez de ser negros, grises o marinos eran amarillos, rosas y verdes— me reí. — Era un novato amor y ahora si sabe lo que esta haciendo— mi papá solo rodó los ojos. Después de desayunar mi mamá me dijo que la viera en dos hora en el gimnasio junto con Marlon y Micael, dijo que mandaría a un guardia para que nos guiará. Mientras tanto yo di un pequeño paseo por los jardines con los gemelos, ellos me hablaban sobre su infancia y yo los escuchaba atentamente, nos sentamos en una banca que había en medio de unos rosales. — ¿Y tú tuviste una infancia feliz?— — En parte si, Valentina y Barnabas me molestaban mucho pero si hay algo que debo admitir es que Scott siempre estuvo cuidándome y dándome una buena infancia la única amiga que siempre he tenido es Amara y tiempo después conocimos a Christofer, era feliz pero siempre sentí que me faltaba algo y ahora entiendo que era mi verdadera familia— — Bueno una infancia feliz es lo menos que ese vampiro idiota podía darte después de raptarte de tu hogar y mentirte— dijo Martín molesto, asentí, nos quedamos en silencio, yo miré el cielo atentamente. Escuchamos a alguien acercarse y vimos que solo era Amara, ella me sonrió con picardía al verme en medio de los gemelos. — Con que escondiéndose de todos eh— movió las cejas de arriba a abajo. — En realidad solo paseábamos y nos quedamos sentados aquí un rato— me encogí de hombros. — Aja te creo, bueno eh chicos los busca Zack dijo que hoy establecerían el vínculo de Alfa, Beta y Deltas— asintieron, nos levantamos para caminar hacia el castillo, al llegar vi que mi hermano estaba esperando en la entrada, primero vio a Amara y sonrió pero al verme con los gemelos frunció levemente el ceño. — ¿No deberías esperar a tu mate Amaris?— bueno virgen ya no soy y él lo sabe, pero seguramente no quiere que me involucre sentimentalmente con ellos. — Cuando te conocí tu ya habías tenido muchas relaciones según lo que me contaste, así que deja que tu hermana se divierta un poco— Zack gruño pero asintió, los gemelos y mi hermano se fueron a no se donde, Amara tomo mi brazo y me arrastro a la habitación de mi hermano. — Te gustan los gemelos— chillo emocionada. Amaris- si- ella dio brinquitos en su lugar. — Vas cometerte a los gemelos y vas a poder tener tu primer trío— negué divertida, es mi mejor amiga no se que hubiera hecho en caso de que ella no fuera mate de Zack, no sabría si ella también era parte del plan de Scott.
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