Después de que Zack viniera por Amaris a mi habitación yo me puse ropa para ir a entrenar con mi mamá, me metí al armario y empecé a buscar ropa deportiva, creí que no tenía hasta que encontré un conjunto deportivo y me lo puse, me mire en el espejo después de ponerme unos tenis blancos, me desmaquille por que me desagradaba tener el maquillaje corrido por el sudor.
Salí de mi armario, no tenía nada que hacer pero al ver el reloj en la pared vi que no faltaban mas que un par de minutos para que viniera un guardia para guiarme al gimnasio, necesito un nuevo celular, unos golpes en mi puerta me avisaron que ya estaba aquí el guardia, abrí la puerta y efectivamente ahí estaba el guardia, es un chico de mi edad o tal vez un par de años mayor, es guapo.
— Princesa vengo a llevarla al gimnasio y también vengo a presentarme ya que fui elegido por su padre para ser su guardia personal mi nombre es Julius— asentí, cerré la puerta de mi habitación detrás de mi.
— Por cierto no me siento muy cómoda con que me llamen princesa prefiero que me digas Amaris— le sonreí y él permaneció completamente serio, vaya que Alfa mas grosero y amargado.
— Debería empezar a acostumbrarse a su título todos aquí la llamaran por su título de princesa— gruñí.
— Y tu deberías acostumbrarte a llamarme por mi nombre si vas a ser mi guardia personal pasaremos mucho tiempo juntos ¿o me equivoco?—
— No se equivoca princesa pero nuestros rangos son muy distintos y yo debo tratarla con respeto— suspire molesta, camine mas rápido decidiendo que me llegaría al gimnasio rastreando el olor de mi madre pero Julius me siguió muy de cerca, cuando llegamos al gimnasio pensé que se quedaría afuera pero en cambio entro, los gemelos ya estaban ahí al igual que mi madre.
— Cariño veo que ya conociste al general de la guardia real y tu guardia personal— ¿general de la guardia? Pero parece muy joven para serlo.
— Si ya nos conocimos— solté molesta y mi madre me miro sin entender pero los gemelos se acercaron a mi mostrándome sus tatuajes de Deltas de mi hermano, eran tatuajes de sangre que unían sus almas y mentes, así es como los Alfas reales se unen a sus Betas y Deltas, aun que los Betas y Deltas deben ser muy fuertes por que el proceso es muy doloroso y si no son fuertes podrían morir en el proceso, esto lo sé por mi loba.
— Wow ¿aun les duele?— pregunte tocando cerca del área.
— No ya no duele, ya que la bruja nos dió un té para acelerar el proceso de cicatrización un que sí dolió mucho cuando nos los hicieron— dice Micael la expresión de su rostro me demuestra que realmente les dolió mucho.
— Si, fue tardado y doloroso pero me alegra que al fin seamos oficialmente los siguientes Deltas reales— sonreí a las palabras de Marlon y sin detenerme a pensar en nada les di un beso en las mejillas a ambos, ellos se quedaron sorprendidos y yo me acerque a mi madre con las mejillas sonrojadas, ella solo me miro con una sonrisa maliciosa que no trato de ocultar.
— Como sea vamos a empezar— empezamos con un calentamiento intenso que casi me hace desmayarme por que yo no estoy acostumbrada a un ejercicio tan intenso, en todo el tiempo sentí la mirada de los gemelos y de Julius, cuando por fin paramos tome una botella de agua que había en un estante y me la acabé completamente el sudor me escurría por todo el cuerpo.
— ¿Estás bien Amaris?— preguntó Micael realmente preocupado, negué sin poder darle una respuesta hablada por que apenas tenía aliento.
— Tendremos que mejorar tu pésima condición física antes de empezar a entrenarte, por ahora creo que para ti fue mucho así que mejor siéntate a descansar hija— asentí en verdad no pensé en pasar esta vergüenza, mi madre apenas y tenía unas gotas de sudor en la frente al igual que los gemelos, ninguno de los tres parecía cansado, los gemelos se prepararon para pelear con mi mamá, Julius se puso a mi lado, me tendió una toalla para secarme el sudor de la cara.
Los gemelos se lanzaron a atacar a mi mamá y ella los esquivo con facilidad saltando por encima de ellos y rasguñando sus espaldas en el proceso, ellos peleaban pero mi mamá casi parecía danzar, no lanzaba movimientos desesperados, estaba en completa calma, sus técnicas de asesina las moderaba con los gemelos pero les dio una buena pelea, ellos también eran buenos en ocasiones lograban esquivar los movimientos de mi madre, cada quien era bueno a su manera pero definitivamente la técnica de mi madre era totalmente diferente a todo lo que haya visto.
Cuando terminaron tampoco parecían muy cansados estaban felices y las pocas heridas que tenían ya empezaban a sanarse, mi papá entro en el gimnasio, me sonrió, fue directamente con mi madre y la abrazo, mi mamá con una enorme sonrisa le correspondió, yo quería tener eso con mi futuro mate, mis padres por lo que se de su historia no empezó de la mejor manera pero su amor ahora es innegable.
— Reina fue un placer entrenar con usted esperemos que pueda entrenarnos, nos iremos a bañar, te vemos después— se giraron hacia mi al decir lo último, me guiñaron un ojo y yo sonreí.
— Esta bien— se fueron y yo no pude evitar soltar un suspiro, me levante del asiento donde estaba, salí con Julius ya que mis padres estaban muy ocupados adorándose con la mirada para si quiera notar que nosotros seguíamos ahí, camine lento porque estaba agotada y los músculos me dolían horriblemente, al llegar a mi habitación Julius dijo que iba a hacer guardia afuera de mi habitación, yo la verdad ni le puse mucha atención, me tire en mi cama sintiendo el alivio recorriéndome, debo ser la mujer licántropo con peor condición física de la historia.
Estaba acostumbrada a hacer ejercicio solo para conservar mi peso y mi figura pero ese nivel de entrenamiento que me puso mi madre me dejó exhausta.
— Princesa, la busca su hermano el príncipe Zack, quiere hablar con usted, ¿quiere que lo deje pasar?— ni siquiera escuche cuando abrió la puerta por estar concentrada en mis pensamientos.
— Si esta bien— Zack entro con una enorme sonrisa y tres tatuajes de sangre en su brazo, se dejo caer a mi lado en la cama.
— Escuche que mamá te dejo hecha polvo en el entrenamiento— dijo burlón.
— No estoy acostumbrada a esa intensidad de entrenamiento, yo solo hacía ejercicio para conservar mi peso y figura, eso es totalmente diferente— asintió.
— Si al principio es difícil pero mamá es una excelente entrenadora verás que en menos de una semana ya tendrás la condición y resistencia física que ella tiene, ella nos entreno a Julius y a mi, Julius siempre se destaco de cachorro por ser excelente peleando—
— ¿Y por que no lo tomaste a él como tu Beta?— lo mire.
— Por que Julius estaba destinado a ser el siguiente general del ejército real como su padre, además no puedo tomar a un Alfa como Beta, no estaría respetado su rango y lo degradaría— asentí, percibí su rango desde que se presentó conmigo y es lógico que mi hermano no quiera degradarlo.
— Julius es un amargado— gruñí, él suspiro y tomo un control que estaba en mi mesita de noche pulso un botón y entonces hablo.
— Tu también lo serias si vieras como tu mate asesina a tu madre enfrente de ti y después te rechaza— lo mire sorprendida — Cuando apenas tenía unos días de su primera transformación una manada nómada quiso tomar el castillo, nuestros padres pelearon al igual que yo y todos los recién transformados, Julius olió a su mate y yo lo seguí para cuidarle las espaldas, su mate era la Alfa de la manada nómada y al ver que él se negó a traicionarme uno de sus guerreros llego con una loba, esa loba era su madre y ella volvió a preguntarle si me traicionaría, cuando se volvió a negar su mate asesino a su madre y después lo rechazó, yo la mate por que él estaba débil por el rechazo que aceptó y por la muerte de su madre— me tensé y entonces entendí por que se portaba así.