Mi papá había mandado a un sirviente a comprarme una MacBook, un IPhone y una Ipad, terminaría la preparatoria con profesores personales que vendrían al castillo a darme clases, tuve que crearme nuevos perfiles y como me sabía los perfiles de los Golden los bloquee para que no pudieran encontrarme, también Ginger les puso un hechizo para evitar que Barnabas hiciera un hechizo tecnológico para rastrearme.
Estaba viendo videos en YouTube cuando de repente escucho la puerta ser abierta.
— Princesa la buscan los gemelos ¿quiere que los deje pasar?— asentí ya me había dado un baño y tengo puesta una pijama sexy pero linda, después de lo que mi hermano me contó sobre él decidí que simplemente lo dejaría ser y también me explico que si yo quería con el control que él había tomado de mi mesita de noche podía evitar que los de afuera escucharan lo que pasaba dentro de la habitación.
Marlon y Micael entraron sonriendo, ellos solo llevaban pantalones de pijama dejándome apreciar sus torsos desnudos y bien trabajados, me pase la lengua por los labios de forma inconsciente por suerte ellos estaban ocupados también admirando mi cuerpo, me aclare la garganta totalmente sonrojada.
— ¿Necesitan algo chicos?— mi voz sonó demasiado sensual pero juro que no fue mi intención, Marlon me miro coqueto y Micael no quitaba la mirada de mis piernas.
— Eh no— dijo Micael de forma distraída subiendo su mirada a mi escote, pero no me molestaba que me mirara de esa forma y tampoco me hacía sentir incómoda.
— En realidad si— al contrario de su hermano Marlon estaba mas tranquilo pero aun así no evitaba mirarme con descaro los labios.
— ¿Y bien?— deje mi IPad a un lado.
— Nos preguntábamos si querías ver películas con nosotros— sonreí a Marlon, todos sabemos en que termina eso de ver películas, o mas bien no ver películas.
— Claro, solo dejen voy por una manta y los veo en la sala de cine ¿si?—
— S...si, si claro, tomate tu tiempo— me dijo Mica, les sonreí y salieron de mi habitación, empecé a ponerme nerviosa, fui a baño, por suerte siempre me depilo, me mojo un poco la cara y tomo una manta roja, en la sala de cine hace un poco de frío así que por eso tomo la manta.
Salgo de mi habitación, con la manta en los brazos por desgracia Julius me acompaña a todos lados pero le pediré amablemente que se quede afuera de la sala de cine, cuando llegamos a la puerta huelo las palomitas de caramelo y mas dulces que hay dentro además de la escénica masculina de los gemelos.
— Julius será mejor que por favor esperes afuera— dije dulcemente.
— Mi deber es estar donde usted este— negué.
— Por favor, ellos están adentro y nada me va a pasar, si te necesito te juro que te lo haré saber ¿si?— él suspiro rendido pero asintió, entre feliz en la sala de cine, los gemelos habían movido los asientos de cine y en su lugar habían puesto un colchón grande para que los tres pudiéramos estar cómodos, el colchón estaba pegado a la pared, habían dejado un espacio entre ellos, mi loba estaba excitada al igual que yo.
Me acerque, la película estaba en pausa en los créditos iniciales, tenían vasos con hielos pero no había ningún otro líquido, me senté en medio de ellos extendiendo mi manta para que nos cubriera a los tres, mi corazón latía desbocado al igual que el de ellos, pusieron play a la película y resultó que habían elegido una de acción no se como se llama pero no importa ¿cierto?
Micael fue el primero en acercarse mas a mi, me paso un brazo por encima de los hombros y recargo su cabeza en mi pecho, se giró lentamente, podía sentir su aliento cálido en mi pecho, podía sentir sus labios rosando la piel expuesta, casi solté un gemido, quería que me tocaran, quería tocarlos, quería que los tres tuviéramos una noche maravillosa, Marlon también se me acerco, pero él se acostó en mis piernas, me paso la lengua por mi pierna izquierda y esta vez no pude evitar gemir.
— Solo dinos lo que deseas, nosotros te cumpliremos cualquier fantasía que tengas— la voz ronca de Micael en mi oído me erizo la piel, ni siquiera noté cuando su cabeza había abandonado mi pecho.
— Qui...quiero que— Marlon hizo que me interrumpiera por que empezó a acariciarme la entre pierna por encima de la pijama.
— Pide, Amaris pide por nosotros y te prometemos una noche llena de pasión, prometemos hacerte gritar nuestros nombres solo pídenos— Marlon estaba ronroneando mientras hablaba
— Quiero ser suya— dije a modo de gemido, Marlon rompió mi pijama en la parte de abajo y sintió lo húmeda que estaba, se acomodo para meter su cabeza entre mis piernas y sentí su aliento cálido, a tientas busco su vaso, cuando lo encontró lo vi tomar un hielo se lo metió a la boca haciendo que quedara un poco de hielo entre sus labios, no sabía lo que pretendía pero pronto lo averigüé cuando paso el hielo por mi c******s.
Micael rompió mi pijama en la parte de arriba, me acarició los pezones expuestos después de haber roto mi pijama pues yo dormía sin ropa interior, se metió uno de mis pechos a la boca, gemí fuerte, sin poder evitarlo, estaba experimentando uno de los mejores placeres de mi vida, no quería que esto terminara, Marlon metió de golpe tres dedos en mi interior.
— Estas tan húmeda y tan estrecha— Marlon soltó un gemido — ¿Me quieres adentro o quieres que continúe con el hielo?— apenas tenia aliento para responder.
— Los quiero adentro— dije sin pensar, nunca había tenido sexo con dos hombre y no había tenido sexo por atrás pero estaba dispuesta a todo con ellos.
— Y nos tendrás, pero hay que prepararte antes— Micael me habla tan dulcemente que me hace sentir más placer, me hicieron ponerme en 4, Micael se levanto buscando algo, pero no le puse mucha atención porque estaba mas centrada en Marlon que me estimulaba y movía en mi interior los tres dedos.
— ¡Princesa Amaris!— me desperté de golpe por el grito de Julius, ¿había sido todo un sueño? Que decepción.
— ¿Que?— pregunte de forma brusca, me había interrumpido el mejor de los sueños, ¿por que se tapaba la nariz?
— Disculpe pero es que creo que ha empezado la semana de su celo— oh oh.
— Lo habíamos olvidado— mi loba habló y yo gruñí, lo mire a los ojos y pude ver que peleaba con su lobo para que este no tomara el control y nos hiciera suyas.
— Lo siento, puedes hablarle a mi mamá y a Ginger por favor— asintió y salió corriendo, con razón estaba soñando eso, agggg que idiota como pude olvidar que iba a comenzar la semana de mi celo.
Mi mamá entro en mi habitación con Ginger, esta traía un té, el té hará que mi olor no altere a los machos que no sean de mi familia ya que ni mi papá ni mi hermano se ven afectados por mi olor aun que no beba el té, en casa de los Golden no tenía que preocuparme por eso ya que no había licántropos cerca y no asistía a la escuela en esta semana por eso lo había olvidado.
— Esto te ayudará por un par de días pero después el olor se hará más intenso y ni el té podrá contrarrestarlo pero nos dará tiempo para pensar en otra cosa, no podrás salir de tu habitación y tendrás a miembros de la guardia femenina, Julius no podrá cuidarte— asentí a las palabras de Ginger, tome la taza de sus manos, no pensé en el horrible olor que desprendía solo me lo bebí de golpe, sabía aún peor de lo que olía.
— Vendré a verte mañana en la mañana y pediré que te traigan el desayuno aquí ah y no salgas ni al balcón— suspire.
— Esta bien ya que— soné triste, literalmente estaría encerrada.
— Cuando encuentres a tu mate tu olor solo podrá alterarlo a él pero mientras es necesario hacer esto— asentí.