Alessandro.
Han pasado cinco días, un verdadero león sabe como atacar y yo lo sé perfectamente. Laura entra a mi oficina.
—Señor, todo está listo, en este momento la policía irá por ella.
Me acerco y beso sus labios.
—Buena chica, te follaría aquí mismo como recompensa, pero quiero ver a esa perra en la cárcel.
Salgo de la empresa y me dirijo con Laura a la cárcel en donde sé que estará detenida esa mujer. Ella no puede hacer nada, la dejaré que se pudra en la cárcel.
Katherine.
Me dejo caer sobre la silla en mi oficina, me siento tan cansada. Tengo que trabajar en los viñedos, incluso dar órdenes y ayudar a los trabajadores.
Sandra entra a mi oficina, ella se ve preocupada.
—Sandra, ¡¿qué pasa ahora?!
—Mi niña, es la policía.
—No te preocupes, Sandra.
Bajo y veo a Matheus en la entrada junto a Amanda.
—¡¿Vienen por mí?!
—Tenemos que arrestar a una mujer que se porta muy mal —me dice Amanda.
Les doy un abrazo a ambos.
—No saben como los extrañe, chicos.
—Nosotros a ti.
Matheus recibe una llamada y contesta.
—Katherine, eres increíble, estoy orgullosa de ti, en este momento arrestaron a Alessandro William. Tenías razón, él iría solo por ti a la delegación para verte caer.
—Lo sé, Amanda. Quiero hablar con él, ¿podrían llevarme, chicos?
—Por supuesto, Katherine.
Le encargo mi hijo a Sandra. Subo al auto de policía y me dirijo a la delegación, durante el camino recuerdo buenos momentos con Matheus y Amanda.
Llegamos al lugar y Amanda me acompaña en donde se encuentra Alessandro.
—Amanda, conozco el camino, quiero hablar a solas con él, ¿puedo?
—Sí, por supuesto.
Camino por el corredor, otros presos me gritan cosas asquerosas. Llego a la celda en la que se encuentra Alessandro.
Al verme él se levanta inmediatamente y me grita.
—¡Eres una maldita puta, esto fue una trampa para hacerme caer!
—¡Y mira, príncipe! Lo logré. No me mires como si quisieras matarme, ¿sabes por qué? Porque me hace sentir más satisfacción.
—¡No sabes con quién te estás metiendo! Te regresaré al burdel y te venderán como la puta que eres, maldita.
—Creo que no podrás por algunos largos años, príncipe. Te explico, tú eres el que debería tener miedo. Piensas que puedes hacer lo que quieras cuando quieras, has cometido tantos delitos. Creaste empresas fantasmas para robar millones de mi herencia del abuelo cuando él aún vivía.
»Enviaste en tu avión privado droga para tu amigo, el mafioso a Italia, Grecia y muchos delitos más.
—No sabes en lo que te metiste, la mafia no perdona.
—¿Hablas de Roger Bulkov? El jefe de la mafia Italiana, no te preocupes, escucha esto, príncipe.
Reproduzco el audio.
—Espero que entiendas el italiano, Alessandro.
"Pequeña, Katherine. Tu abuelo siempre me protegió y tú has hecho tanto por mí, cualquier cosa puedes pedírmela, sabes que te protegeré".
"Eres amigo de la familia William, me refiero a sus hijos, uno de ellos quiere quitarme a mi hijo, ¿podrías protegerme?".
"Le prometí a Máximo William, padre, no matar a sus dos hijos, Alessandro William y Christian William, pero cuando encuentre a Máximo le cortaré la cabeza a ese hijo de perra".
"No preguntaré los motivos, ya que no son de mi interés, solo quería saber si yo los atacó por alguna razón, ¿ellos son tus protegidos?".
"Por supuesto que no, nunca lo haré, y si ellos se cruzan en mi camino no puedo ni imaginar todo lo que quiero hacerles".
Corto la grabación y no puedo mentir, su rostro es un poema de expresiones. Me hace sentir placer.
—Por falsificación de documentos, robar de mis tres empresas, enviar droga de forma privada a la mafia, ¿cuántos años crees que estarás tras las rejas, príncipe? Eres tú el que nunca debió meterse conmigo. El abuelo siempre decía nunca subestimes a tu oponente, creo que ese fue tu más grande error.
Me acerco a la celda y el intento tomarme del cuello y estrangularme, me aparto rápidamente y comienzo a reír.
—¡El príncipe está enojado, que triste es todo! Bueno, espera tu juicio. Yo iré a casa con mi hijo, el cual no puedes quitarme, tenías razón, el dinero lo compra todo.
Me voy y él grita maldiciendo a mis espaldas.
—Ah, lo olvidé, busca otra abogada, Laura me ayudo a meterte a la cárcel, eso es todo, buen día, príncipe.
Salgo del lugar, me despido de Amanda y Matheus. Llamo un taxi y me dirijo a casa, quiero pasar la tarde con mi pequeño Nicolás.
Llego a casa y mi pequeño me espera en la puerta junto a Sandra.
—¡Mamá, mamá!
—Mi pequeño, te amo.
Lo cargo en mis brazos.
—Cada día estás más grande, aún puedo cargarte, pero creo que en poco tiempo no podré hacerlo, serás enorme.
—Mamá. El abuelo me prometió que algún día conocería a mi padre, quiero conocerlo, ese es mi sueño, pronto será mi cumpleaños, cada deseo que pido cuando apagó las velas se cumple, ¿crees que si pido que papá venga a verme se cumplirá?
—¡Pequeño la piscina, esta lista, vamos a jugar en el agua!
—¡Sí, vamos! Mamá, vamos a jugar con mi pelota.
—Iré a cambiarme y después bajaré para que podamos jugar.
Doy gracias al cielo porque Sandra apareció, no sabía que contestar cuando preguntó lo de su padre. Me siento mal por mi hijo, no me importa que sufra un poco en este momento, ya que su padre no es buena persona, solo es un bastardo sin sentimientos.
Ahora pasará en la cárcel un buen tiempo y pude deshacerme de él.
Continuará...
¿QUÉ CREEN QUE PASARÁ CON ALESSANDRO? ESPERO SUS COMENTARIOS GRACIAS POR EL APOYO, CHICAS.