Alessandro.
Espero a mi padre en la entrada de su casa, no tengo a donde ir. Lo veo llegar y aunque quisiera darle un abrazo al viejo, no puedo hacerlo. Si lo hago me gritará porque soy débil, los hombres no tenemos sentimientos. Él tiene razón, un hombre con sentimientos, pierde su autoridad y no sirve en este mundo.
—Papá, estoy pasando por algunos problemas, quiero quedarme contigo.
Mi padre camina hacía mi y me tira al suelo de un golpe.
—¡Eres un bastardo imbécil! No sabes los problemas que tengo ahora por tu culpa. Nunca debí ir por ti a ese orfanato, pensé que eras diferente a tu hermano, tenía todas mis expectativas puestas en ti, me sentía orgulloso. Terminaste con Annaliese y ahora su padre está tan molesta que me persigue.
—Papá, no tengo en donde quedarme, ahora solo neces
