Ese día más temprano. —Luisa, hemos estado saliendo por un tiempo, y por si no lo he dejado lo suficientemente claro, quiero que sepas que me gustas, me gustas muchísimo, no te conozco desde hace tanto, pero pasar tiempo contigo siempre se convierte en la mejor parte de mi día, estoy absolutamente deslumbrado por ti, por tu belleza, tu carisma… Lo que intento preguntarte es… —Sí. Alden se detuvo. —Ni siquiera terminé. —Ya lo sé y mi respuesta es sí —dijo Luisa. Una sonrisa divertida tironeó de los labios de Alden. —¿Eso significa que te casarás conmigo? Los ojos de Luisa se abrieron de par en par, casi saliéndose de sus órbitas. —Alden… yo… tú… —Deberías ver tu cara —Alden estalló en carcajadas—. Estaba bromeando, preciosa. Quiero decir, definitivamente no es una mala idea, pero