Cuando era pequeña mamá solía decir que yo era menos traviesa, que era madura y que evidentemente sería yo el ejemplo a seguir, cuando Leroy y yo empezamos a crecer quisimos conocer tantas cosas; yo quería dejar de ser la buena, y aventurarme como papá y mi tío Adrien lo hacían, aunque Deán fuese muy contrario a mí, no me importaba: yo tenía a Roy. Roy siempre estuvo apoyándome, aún cuando mis ideas podían parecerle estúpidas y arriesgadas. Hubo un tiempo en el que Deán se sentía celoso de Leroy, yo era su melliza y todo mi tiempo y mi atención estaba en Roy; quizá fui yo quien alejó a Deán. Me encontraba en clase de lengua pero al saber perfectamente cada una de ellas no prestaba mucha atención y me dedicaba a pensar en mí vida. Roy últimamente estaba con esa chica: Jess, n