Observo a mi madre llorar mientras me limpia la herida del labio inferior, el cual Bill partió de un golpe. Sonrío porque sin importar que haya salido herida ella está perfectamente y es lo importante para mí.
- ¿Por qué lo hiciste? – pregunta ella aun llorando.
- Ya no soy una niña, por lo que debo asumir mis errores, no tú – respondo y ella rompe aún más en llanto – Mamá ¿Qué sucede en realidad? – la veo bajar la cabeza con lágrimas en sus ojos – no creo que te manipule solo por lo que sucedió conmigo.
- No puedo decirte hija, no quiero que sufras y si Bill decide hacerlo, puede enviarme a prisión por mucho tiempo – me explica triste y la tomo de las manos.
- Puedes confiar en mi mamá – digo besando sus manos – yo puedo hacer lo que lo que sea por mantenerte a salvo.
- No puedes hacerlo hija, Bill ha adquirido más poder conforme Holly ha escalado en el modelaje – responde ella triste.
- No puedes aguantar esta situación siempre – digo abrazándola fuerte – te amo mamá, gracias por todo – beso su mejilla.
Esa noche duermo con ella, mientras la observo planeo todo para poner en marcha mi plan contra Bill y Holly. Debo hacer que Marcel se enamore de mi hasta el punto de que se case conmigo y con ello darle la liberta a mi madre.
Paso tres magníficos días con mi madre en su casa por lo que al entrar a mi oficina me siento más tranquila de saber que todo está bien con ella.
Lisa me pone al día del trabajo que se me acumuló mientras estaba en Manchester, me reúno con la señora Winster que muestra su nueva propiedad. Después de unos minutos con ella, se marcha dejándome sola para tomar notas e ideas. Escuchó mi celular sonar, pero lo ignoro al ver que se trata de un número desconocido.
- Acabas de lastimar mi ego – escucho tras de mí y me vuelvo a observa a magnifico hombre que me observa con intensidad.
- ¿haciendo trabajo de campo? – digo dándole la espalda para seguir mi recorrido.
- Si, yo le vendí el lugar a la señora Winster – camina hasta ponerse a mi lado con las manos en sus bolsillos.
- Bien por usted señor Faragov – digo observándolo y él me sonríe - ¿persigue a todos sus empleados?
- Solo superviso los candidatos – dice encogiéndose de hombros sonriendo, pero veo su mirada cambiar de repente. Camina hasta quedar frente a mi sujetando mi rostro con sus manos - ¿Quién lo hizo? – pregunta furioso mientras uno de sus dedos pulgares acaricia delicadamente la herida en mi labio casi curada.
- ¿a qué vino en realidad? – le pregunto poniendo en marcha mi plan - Por qué no creo que haya sido para supervisar mi trabajo.
- Te hice una pregunta – responde molesto poniendo una de sus manos tras mi cuello haciendo que me pegue más a él.
- Igual yo – nos miramos a los ojos retándonos con la mirada hasta que acorta la distancia uniendo nuestros labios de forma desesperada. Su otra mano va hasta la parte baja de mi espalda pegando su cuerpo más al mío si es posible. Su aroma me envuelve excitándome y la forma en la que me está besando, necesitado y con auténtica hambre hace que mis piernas tiemblen. Nos separamos lentamente por falta de aire y sin que se lo espere le doy una fuerte bofetada. – no se con quien cree que está tratando señor Faragov, usted tiene novia y yo soy su empleada. – de un rápido movimiento me toma de la cintura y me pega a él.
- Son detalles, puedo terminar con ella y a ti te puedo despedir – responde besándome de nuevo, pero al escuchar sus palabras mi pulso se acelera.
- ¿Qué está sucediendo? – pregunto cuando rompe el beso, pero no me permite apartarme.
- Me encantas, no he dejado de pensar en ti desde la primera vez que te vi – dice caminado sin soltarme hasta la cocina y de un rápido movimiento me sube a la isla metiéndome entre mis piernas y abrazándome de la cintura.
- No lo creo – respondo poniendo mis manos tras de mi ya que me pican por abrazarlo y hundir mis dedos en su sedoso y visiblemente suave cabello.
- Yo estuve presente en tu entrevista – responde sorprendiéndome – y cuando me informaron de la vacante, viaje hacerme cargo en persona y amo esta ciudad decidí quedarme.
- Eso es un poco raro – digo y él me regala una deslumbrante sonrisa que me deja perpleja. – pero eso no puede ser, no quiero ser la amante de un hombre y menos de alguien que es mi jefe – digo alejándolo para pagarme de la isla de un salto.
- Vamos a cenar – dice y yo lo observo mientras recojo mis cosas.
- Que tenga un buen día señor Faragov – digo dejándolo solo en la cocina mientras salgo rumbo a mi auto.
Cuando vuelvo a la empresa llamo a mi madre para preguntar cómo sigue, luego me concentro en el trabajo hasta que es hora de irme a casa. Llegó al apartamento tratando de no pensar en lo que sucedió con Marcel hoy, si bien es lo qué deseo para hacer sufrir a Holly, no soy ese tipo de persona y me cuesta manipular a las personas.
Me doy una ducha rápida y me pongo el pijama, como no tengo sueño decido terminar la propuesta para el apartamento de Marcel. Camino hasta el salón y pongo una de mis películas favoritas, Cars. Puede parecer una estupidez, pero amo esa película aunque la haya visto miles de veces.
La película inicia y yo me siento en la alfombra, pongo el portátil sobre la mesa de centro y me sirvo una copa de vino. Cuando estoy organizando la cocina en el plano tocan el timbre, observo la hora. No es tan tarde pero no espero a nadie, además el vigilante no me anuncio que alguien subiría.
Me pongo de pie y camino hasta la puerta abriéndola para ver de quien se trata, abro los ojos como platos viendo a Marcel frente a mí con una bolsa de comida en su mano y una botella de vino en la otra.
- Ya que no aceptaste mi cena, ¿podríamos hacer una pijamada? – dice sonriendo y yo estallo en una sonora carcajada.
- Comienzo a pensar que me estás acosando – digo haciéndome a un lado para que entre, cierro la puerta y caminamos hasta el salón donde estoy trabajando. Él observa a su alrededor y sonríe.
- Me gusta – dice mientras me siento en la alfombra.
Mi apartamento lo adecué a mi gusto en tonos madera clara, n***o y blanco. El salón en el que nos encontramos, el comedor y la cocina están en el mismo ambiente, unas escaleras tan a las habitaciones y mi estudio. Amo este lugar, me enamoré en cuanto estuve aquí. Adquirí una gran deuda por el y acondicionarlo a mi gusto, pero vale la pena porque amo este lugar.
Observo cómo Marcel se quita el abrigo de su pulcro traje para sentarse junto a mi sacando de la bolsa los contenedores, cuando los abre el delicioso aroma me hace agua la boca y me doy cuenta lo hambrienta que estoy.
Observo la comida y me fijo que es mi comida favorita, croc pop y alitas picantes, también papas fritas de KFC.
- ¿Cómo? – pregunto sorprendida mientras él sirve el vino con una sonrisa traviesa.
- Tu asistente – responde y yo sonrío mientras como las papas – tienes gustos extraños. – señala la comida y la película haciéndome reír.
- Si, pero soy feliz con ellos – me encojo de hombros – para eso tienes a tu perfecta novia con gustos normales.
- Comienzan a gustarme los tuyos – dice quitándose los zapatos mientras se recuesta en el sofá.
- ¿cómodo? – preguntó mientras cómo y él sonríe.
- ¿Por qué me recuerdas tanto a Holly? – pregunta y yo lo observo fingiendo estar confundida. – mi novia
- Por qué se te olvida a menudo – respondo tomando un poco de vino – amo esta comida. – comentó sonriendo y veo que me observa de una forma indescifrable.