–Tienes que dar gracias al cielo que logramos convencer al director de no grabar los desnudos hoy – Dijo Axel, viendo como la maquilladora ponía capa tras capa de base en los golpes y moretones que tenía Valeria por todo el cuerpo.
Valeria torció la boca y soltó un gruñido, cada vez que la mujer pasaba la esponja para maquillarla, le dolía como los mil demonios.
–Créeme que ese es mi último problema en este momento, Axel – chilló la chica, realmente preocupada – ese hombre lo sabe todo, sabe lo que sucedió con Sarah. Él cree que fui yo la responsable de lo que sucedió – dijo, tratando de no dar muchos detalles al respecto.
–Hasta que ese abogado no tenga pruebas, no hay nada que pueda hacer en tu contra y si lo hace, encontraré la forma de callarlo – Axel no estaba preocupado en lo absoluto, alguien como él habia estado demasiado tiempo en el mundo de Hollywood como para saber como salir bien librado de un problema como en el que estaba Valeria.
Valeria rodó los ojos con fastidio, aquella era una conversación que ya habían tenido antes.
Si Maximus trataba de hacer pagar a Valeria por lo que sucedió en el accidente con Sarah, entonces Axel buscaría a algún otro abogado que involucrara a Maximus. O esa era la idea loca que le había dicho el hombre a Valeria.
Valeria sabía que no había forma de que aquel ridículo plan funcionara. Maximus era un hombre astuto, ella solo necesitaba evitar que él encontrara la evidencia que necesitaba, porque si lo hacía, entonces su carrera quedaría completamente destruida y no solo eso, si no que además, iría a la prisión.
–No me queda bien el naranja – dijo la chica mirándose al espejo.
Axel soltó un bufido, alguien con la fama y la reputación de Valeria jamás iría a prisión. La chica solo estaba siendo demasiado paranoica.
–Después de todo, nunca me contaste como fue que terminaste en todo este enredo.
La mente de Valeria viajó hasta esa noche, la verdad era que dentro de su cabeza todo estaba demasiado confuso.
Recordaba haber llegado a la mansión y haber visto a Antonio, recordaba el asco que sintió al tenerlo nuevamente de frente. Antonio siempre generó aquella desagradable sensación dentro de la chica, sin embargo, después de haberse sentado en aquel sofá y haberse tomado la bebida que él le dio, no recordaba mucho más.
Cuando Axel se dio cuenta de que la mirada de Valeria se perdió en el horizonte, el hombre chasqueó un par de dedos frente a ella.
–¿Todo bien? No has respondido a mi pregunta.
Ella sacudió la cabeza.
–No estoy demasiado segura.
Valeria no tuvo más tiempo de pensar al respecto porque acababan de hacer su llamado y la chica debía ir al set de grabación.
Ese día, Valeria Montenegro intentó concentrarse en sus diálogos y escenas, pero la verdad era que su cabeza estaba muy lejos de allí, cada vez que intentaba entrar en personaje, la luz resplandeciente del auto de Sarah chocando con el de ella se aparecía en su cabeza. Como si se tratara de una pesadilla.
La actriz estaba llena de culpa por lo que había pasado. Ella no solo habia acabado con la vida de otra mujer, si no que tambien habia destrozado la vida de aquellos que amaban a Sarah.
–¡Corte! – gritó el director con rabia.
Él era un hombre francés con poca paciencia que estaba desesperado por la desastrosa actuación de Valeria durante el día.
–No sé qué es lo que te pasa hoy, muchachita – dijo acercándose a ella y hablándole despectivamente con su gracioso acento – pero sea lo que sea, necesito que reacciones y comiences a hacer mejor las cosas. Esta producción se va al carajo si seguimos con una protagonista como tú.
Él la agarró del brazo y en frente de todo el mundo la zarandeo con fuerza. Valeria chilló del dolor, pero al hombre no le interesó en lo absoluto. Para nadie era un secreto que en el mundo de Hollywood un día podías estar en la cima y al siguiente caerte al más profundo de los infiernos.
Tal parecía que el tiempo de Valeria en la cima estaba por terminarse.
–Terminamos por hoy. No voy a seguir perdiendo mi tiempo con estas tomas de mierda – gritó, haciendo que todos detuvieran lo que estaban haciendo para irse.
Valeria se sintió gravemente humillada y a pesar de que había querido quejarse con él, la mujer sabía que él tenía razón, ella no estaba haciendo su mejor trabajo y por otro lado, nada bueno resultaba de tentar la ira de uno de los directores más importantes de la industria.
Aquella era una de las cosas que la chica tanto detestaba de aquel mundo.
–¿Qué es lo que te pasa, Valeria? – Axel se acercó a ella, el hombre tambien estaba frustrado.
–¿Todavía preguntas que es lo que me pasa? – ella refunfuñó en silencio – Axel, soy la responsable de la muerte de una mujer, mi conciencia no me deja tranquila. Tengo que hacer algo para liberar esta culpa que tengo dentro de mí.
La verdad era que Valeria no solo estaba llena de culpa, sino además de miedo, el hecho de que alguien la descubriera hacía que los pelos se le pusieran de punta. Ella habia trabajado mucho por estar en esa posición y aunque muchas veces se sentía infeliz, lo que menos deseaba era volver a esa vida de misera de la que salió tantos años atrás.
–Si no quieres que otra mujercita de veinte años obtenga tu puesto, entonces te recomiendo que olvides ese maldito accidente y que sigas con tu vida como si nada hubiera sucedido.
Valeria rodó los ojos y se alejó de Axel para ir a su camerino, lo que Axel decía era cierto, pero ella no podía dejar de pensar en Sarah. Sin embargo, tarde o temprano iba a tener que aprender a vivir con su gran secreto.
Porque definitivamente Valeria no quería volver a las calles, a mendigar como un día lo hizo con su abuela de la mano.
La mujer recogió sus cosas y las metió como pudo en su bolso, después salió hacia el estacionamiento, la noche estaba oscura y Valeria no pudo darse cuenta de que había alguien esperándola justo a un lado del nuevo auto que él seguro le había dado.
Cuando Antonio salió de en medio de la oscuridad, Valeria gritó fuerte y se llevó una mano al pecho al sentir como su corazón se aceleró desesperadamente.
–¿Qué estás haciendo aquí? Pareces un espanto – ella gruñó con rabia.
La presencia de él no auguraba nada bueno a la actriz.
–Estaba esperándote, hay algo que me gustaría que vieras – Antonio no se molestó en darle demasiadas vueltas al asunto, él fue al grano.
–Lo siento, no tengo tiempo – ella intentó evadirlo, pero Antonio no se lo iba a permitir.
Él hombre la agarró del cuello con fuerza y entonces la recostó contra su auto.
Valeria apenas podía respirar.
–Quiero que mires esto – él puso su celular en alto y entonces el video comenzó a proyectarse.
En la pantalla se veía el auto de Valeria chocando con el de Sarah, se veía además a Axel hablando con los paramédicos para sacarla de allí.
–¿Crees que no lo sé? Fuiste tu la responsable de la muerte de mi hija.
Valeria negó con la cabeza y él la soltó solo lo suficiente para que ella pudiera hablar.
–¿De dónde demonios sacaste ese video? – gruñó.
–No importa de donde lo saqué, lo importante aquí es que lo tengo en mi poder, y eso significa que tambien te tengo a ti en mi poder.
La rabia se subió al cuerpo de Valeria, aunque no tenia los recuerdos muy claros, ella estaba segura de que él había tenido algo que ver en todo ese problema.
Sin pensarlo dos veces, Valeria dio un par de pasos en su dirección y entonces agitó su mano para darle una bofetada. Su mano quedó doliendo, pero la satisfacción de saber que probablemente en ese momento la mejilla de Antonio dolía como los mil demonios, fue suficiente para que ella se olvidara del dolor propio.
–Dime que fue lo que me hiciste, cuando yo llegué a tu casa, estaba en perfectas condiciones – exigió.
Antonio escupió y entonces la saliva y la sangre quedaron regadas en el suelo del estacionamiento.
–Vas a aprender a tratarme mejor, Valeria. Si no quieres que este video salga a la luz y todo lo que tienes se acabe, entonces vas a hacer lo que yo digo.
Al ver como los ojos de Antonio se oscurecieron, ella entendió que él no estaba mintiendo.
Valeria sintió terror por su vida.
–¿Qué es lo que quieres a cambio de no sacar ese video a la luz?
Él la rodeó y entonces se acercó a ella.
–Es sencillo, te quiero a ti – le dijo al oído.