Capítulo 4

1269 Words
A la mañana siguiente… Me desperté molesta. Había estado soñando con él. No recuerdo exactamente qué, pero si que había estado perturbando mis sueños. ¿Por qué? Si no me importaba. Era uno más de los empresarios del momento y la clase de líder natural con la que cualquier recién egresado quisiera trabajar, pero nada más. Es lindo, pero es un chulo y nunca me gustó… y esperen… ¿por qué me doy tantas explicaciones a mi misma? - ¡Buen día! (dijo ella) - ¡Buen día para ti! (sirviéndome jugo) - Uy… ¡qué amargura, mujer! ¡El bombón tenía razón!! Jaja - ¡Ya basta! (enojada) - Oye… ¿qué harás hoy? - Pues tengo que ir a la Universidad a ver lo de la matrícula y a coordinar cuándo comienzo a trabajar para pagar el resto de la beca… aunque supongo que será el lunes que comienza el curso… (fingiendo una sonrisa) - ¿Te animas a ir sola? (la miré sorprendida)… digo… te acompaño pero tengo que irme… (sonrojada)… - ¿Carlo? - Si… hoy tiene libre y me ha invitado a almorzar… - Pues claro, si de todos modos es solo a pagar. ¡Solo recuérdame firmar el bendito cheque! - Por cierto, no me has dicho como conseguiste el dinero… - Pues… mi jefe. Ya sabes que me quiere como un padre y me ha dado el dinero que me faltaba. El resto, un préstamo que he pedido. La beca es grande pero en fin… ¡igual es una pasta! (mirando al suelo)… pienso pagar todo ni bien me vaya ganando el dinero en el trabajo que me darán allí mismo en la Universidad, por las tardes y con las prácticas que pueda ir pillando mientras. - ¡Te irá bien! ¡Eres muy buena! - ¡¡Eso espero!! (sonriendo ilusionada)… - ¡Ya verás que si! Anoche le dije a Carlo que venías al curso… y me dijo que los chicos que salen de allí consiguen trabajos muy buenos. - Si… bueno… las prácticas son muy buenas, ¡los profesores, madre mía! Los mejores empresarios y profesionales de diferentes áreas, como Dante Ricci! Jaja Me voy a cambiar, ¿vale? ¿Te cuento de camino? Me aprendí el camino y ya en la Universidad, arreglé todos los detalles con el director de la carrera, un ex mano derecha y socio del dueño del lugar, Dante Ricci. Comenzaría el mismo lunes en el curso por la mañana, y por la tarde como asistente en el área administrativa. Ya unas semanas después gestionaríamos la garantía para el alquiler de un apartamento. Director – Estoy sorprendido de tus calificaciones, te lo mencioné cuando enviaste la solicitud. ¡Tienes mejores antecedentes que alumnos con más tiempo de recibidos! ¡Felicitaciones! Leti – ¡¡Gracias!! Salí de allí orgullosa. Por fin podría hacer lo que quería y no me importaba cuantas horas tuviera que trabajar. Les devolvería el dinero prestado a mi jefe y al consorcio que me dio lo restante, era lo mínimo que podía hacer con quienes hicieron realidad todo esto. En la Empresa, al otro lado del Campus de la Universidad Flavio – ¿Y dices que conociste a la chica misteriosa de Colombo? (dejando unos papeles en su oficina para que firmara) Fabrizio – Si… (Concentrado en el texto al ver que se trataba de un contrato)… es que la maleducada de su amiga cruzó sin mirar y casi la atropello… Flavio – ¿Por qué maleducada? Fabrizio – ¡Porque ni su nombre dijo y me esquivó hasta el saludo! Flavio – Aha… (Sonriendo) Fabrizio – ¿De qué te ríes? Flavio – De que te conozco… lo difícil, se te hace tentador… Fabrizio – Para nada. Es bonita pero… Flavio – ¿¿Has visto?? ¡¡Te ha gustado!! Jajajaja (sentándose al otro lado del escritorio) Fabrizio – ¿Qué dices, Flavio? No inventes, si sabes que estoy por pedirle matrimonio a Daniela… (Volviendo a concentrarse en los papeles) Flavio – ¡Te gusta, te gusta! (sonriendo y haciéndole gestos a su líder de proyecto) Fabrizio – ¡¡Me gusta que cierres tu pico y te concentres en el trabajo!! (Lanzándole fuertemente una bola de papel que acababa de crear) Flavio – ¡¡Ouch!! Fabrizio – A ver si te ríes ahora… Mientras tanto… Alessia - Así que gritándole a Fabrizio… ¿te parece bonito? (haciéndose el ofendido) - Si... ¿por qué no? ¿no puedo acaso? No le debo explicaciones a nadie… - Por ahora… - ¿Por ahora? - Si… cuando seas mi novia, ¡te quiero diciéndome “bombón” solo a mí! (sonriendo mientras tomaba su mano) - Jaja… ¡sueñas! - Si… ¡Contigo cada noche! - Jaja….si, ¡¡conmigo y cien más!! jaja ¡oye! Por cierto… (abriendo el menú)… ¿qué has dicho en la oficina? No me gusta que hablen de mi, menos sin motivos… (mirándolo por encima de la carpeta, con cara seria) - Nada, ¿por qué? (preocupado) - Porque Fabrizio me ha dicho que… - ¿¿Desde cuándo hablas con Fabrizio?? (apretándole fuerte el brazo, muy enojado) - Eh… (mirando seria su mano, hasta que la quitó, disculpándose por el ataque de celos)… - ¿De qué te ríes? - ¡¡De que estés celoso de tu amigo!! - Me gustas… lo sabes… - Tu a mi también… - ¿Y eso? (sorprendido de mi repentina sinceridad) ¿desde cuándo tu tan sincera? (sonriendo) - Desde que alguien me hizo ver que si no digo lo que siento puedo perder lo que quiero… (sonriendo) - ¿Y me quieres a mí? - ¿Qué crees? - ¿Y por qué hablas con él entonces? - ¡No hablé! Bueno si… pero no es lo que piensas… (sonrojada) - ¿Ah no? - No... - ¿Entonces? (cruzándose de brazos y acomodándose en la silla para escuchar una explicación) - Pues… saliendo del Teatro… mi amiga cruzo sin mirar y… él casi la atropella y… cuando me vio me dijo algo así como “tu eres la chica de Carlo ”… ¿qué explicación tienes? (lo miré seriamente) - Eh … (sonrojado) - Escucho… - Pues no dije nada, solo que el otro día en la oficina, mientras buscaba algo para firmar un documento, Adriano me quitó el móvil y encontró tu foto y se las mostró a todos, ya sabes cómo son las bromas entre amigos… - No, no lo sé… - Pues bueno… así como te digo… - No sé si creerte. Las palabras de Fabrizio sonaron a… - No le hagas caso. ¡Él siempre piensa mal! Pero me alegra… (sonriendo mientras la miraba fijamente) - ¿Qué te alegra? - Que le quede claro que eres “mi chica” - ¡Yo no soy “chica” de nadie! - ¡Porque tu no quieres! (acercando su silla seductoramente). Nos interrumpió el mozo trayendo la comida y haciendo que el asunto quedara en eso. La charla fue muy amena y tras un llamado para corroborar el paradero de Letizia, Carlo se ofreció a pasarla a buscar para llevarlas a ambas a mi casa.
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