No hice más que pensar en la cita de esta noche, siento tanta emoción que no me lo puedo creer, la cena con la familia de Rosario paso rapidísimo, o eso lo sentí yo. -¿Debo preocuparme? -pregunta Rosario. -¿Por qué deberías? -Sonríes demasiado. -Claro que no Rosario. -Lo haces, incluso... -se detiene. -¿Incluso qué? -Olvídalo, no tiene importancia. -Rosario ahora me dices. -¿No te molestaras? -¿Por qué habría de molestarme? -Estuviste sonriendo en todo momento, incluso fuiste amable. -¿Fui amable? -pregunto sorprendida. -Sí, aunque no te lo mencioné porque creí que lo hacías por mi. -Es por eso que fui amable Rosario, sólo por ti. -¿Y esa sonrisa? -Digamos que me siento bien. -¿Tiene que ver con un chico? -A ti no puedo mentirte, es un chico que conocí ayer. -¿Y qué hay