Al día siguiente
«¿Por qué no habré cerrado la cortina?» me reclamo mientras llevo una de mis almohadas a mi rostro para intentar cubrirme del sol, pero es inútil seguir durmiendo. Ya me desperté y volver a conciliar el sueño es todo un reto para mí. Abro las sábanas entre mis quejas, lanzo la almohada a un costado y me levanto de la cama para como cada mañana ir a la cocina por mi té.
Muevo mi cabeza de un lado a otro intentando descontracturarme mientras camino por la casa y al llegar a la cocina me quedo inmóvil «¿Cómo me olvide de esto?» me reclamo mientras veo a Álvaro moviéndose por la cocina mientras prepara el desayuno con tan solo un pantalón deportivo corto puesto. Definitivamente no es la primera vez que lo veo sin camiseta en mi casa, pero por alguna razón esto se siente di
