Una semana después La paz que teníamos en aquella cabaña en el medio del mar, en Aruba, se rompe por completo cuando sentada frente a mi computadora, me doy cuenta de que tengo más de 500 correos electrónicos para leer y 200 de ellos están marcados como temas “urgentes.” Es la primera vez desde que tome control de la empresa que quisiera salir huyendo para estar nuevamente en el paraíso con mi esposo. «Concéntrate Kaie» me digo una y otra vez y hago mi mayor esfuerzo para intentar resolver todos estos asuntos que esperan por mí. Presupuestos, cambios de reglamentos, propuestas para nuevos proyectos los cuales se discutirán en la próxima junta y hasta comunicados de prensa me ha tocado leer, revisar y en algunos casos hasta aprobar. Son tantos los pendientes que tenía apenas en mi corre