Siempre Estaré Contigo

Las calles de Moscú por las noches son aún más frías, las personas buscan refugio y sus calles son prácticamente vacías, aunque esa noche hay algo distinto, una hermosa mujer camina rápidamente mientras lleva de la mano una niña incluso más hermosa que ella, de cabello dorado como el trigo, sus ojos grises como nubes cuando prevén que va llover, los rasgos de su rostro son tan bellos y delicados muy parecidos a las muñecas de porcelana. La mujer y su bella hija caminan rápidamente por las calles de la ciudad hasta llegar a un callejón sucio y oscuro, caminan hasta la mitad del callejón y la madre le dice a si pequeña. -              Natasha – dice mirándola a los ojos – debes quedarte aquí, yo volveré cuando estemos a salvo – las lágrimas comienzan a caer de los hermosos ojos de la niña. -              No quiero mami – dice la niña aferrándose a la mano de su madre. -              No Natasha – responde ella bruscamente – te quedarás aquí hasta que vuelva – dice soltándose bruscamente del agarre de la pequeña, sin mirar atrás la mujer comienza a caminar dejando atrás a su pequeña hija quien grita a todo pulmón. -              ¡MAMI!! ¡MAMI NO TE VALLAS!!! – grita la niña con sus ojos llenos de lágrimas, pero la mujer no volteó a pesar de las súplicas de su hija. Cuando el sol asoma iluminando la ciudad, la pequeña niña permanece en el mismo lugar que su madre la dejó, mueve sus manitas tratando de entrar en calor. Su estómago comienza a doler ya que tiene hambre, pero aun así no se mueve con la esperanza de que su madre regrese por ella pero al finalizar el día no lo hace. Al día siguiente la niña comienza a caminar por la ciudad en busca de su madre, en el camino muchas personas de buen corazón le daban alguna cosa de comer además de que también buscaba en los basureros de la ciudad buscando algo que comer. Así vagando por la ciudad estuvo durante una semana hasta que un día mientras caminaba por la plaza roja tropezó con un hombre quien al observarla quedo impresionado ante la belleza de la pequeña la cual era notable a pesar de la suciedad que manchaba el rostro de la niña. -              Hola – dijo el hombre a la pequeña - ¿dónde están tus padres? – la pequeña bajo la cabeza y de repente comienza a correr dejando atrás al hombre, pero este decidió seguirla.  Cuando la alcanzó decidió acercarse con delicadeza a la hermosa niña. -              Puedo ayudarte a buscar a tus padres además de darte de comer – los ojos de la pequeña brillaron y tomo con delicadeza la mano de aquel hombre y subieron a una camioneta negra. - ¿cómo te llamas? – pregunto el hombre -              Natasha.