Duchas y vapor- Capitulo 2.

3286 Words
Amanda sintió que le había dado un fuerte golpe en su cabeza, todo a su alrededor daba vueltas y lo que la chica quería era vomitar hasta sentirse mejor y volver a ser quien era antes, antes de ... exactamente todo, su cuerpo se sentí adolorido en partes en las que ni siquiera ella misma sabía que podía hacer, sintió sus parpados pesados, sus piernas adormiladas y en las palmas de sus manos aun estaba ese inquietante cosquilleo que la había acompañado desde que había entrado en el bar Pero la luz que entraba por las ventanas y que le estaba calentando una parte de la espalda, le decía que ya no era de noche, y le mostraba por demás, que la chica no tenía ni la menor idea de donde había pasado la noche o algo peor, con quien había dormido El ultimo vago recuerdo que se cruzaba por la mente de la pelinegra era un par de hombres peleando, unos nombres cuyos nombres ella no conocía, o por lo menos por el momento no era capaz de recordar, sangre, era todo lo que albergaba su cerebro, y tal cosa la ponía en un estado de alerta al que ella verdaderamente era incapaz de atender justo en ese momento en donde la vida misma le pesaba y le dolía Sin embargo, su placido momento de tranquilidad se vio afectado cuando sentiste el sonido de una puerta cerrar tras de ella -¡Oh por Dios! - Exclamo mirando a su alrededor y despertando en un lugar totalmente desconocido- ¿Qué hice? ¿Qué hiciste Amanda? - se preguntó a si misma incorporándose en la cama y dándose cuenta de que lo único que llevaba puesto eran sus jeans, su ropa interior, gracias a Dios, y una camiseta que no recordaba suya, una que era demasiado grande para ser siquiera de alguna otra chica La morena se puso en pie con dificultad y se quedó allí tratando de estabilizarse por un minuto, todo le resultaba demasiado confuso y extraño, y solo esperaba estar viviendo un mal sueño del cual anhelaba despertar pronto -¿Dónde te metiste? - Inquirió echando un vistazo a su alrededor y llevándose una mano a la frente, lo único que tenía claro justo allí en esa habitación personal era, que estaba metida en un lio, y en uno de los grandes, uno del que ciertamente no sabía como escapar Amanda comenzó a husmear en la mesita al lado de la cama, y se topó con una fotografía de un hombre cuya mirada y sonrisa le resultaba algo un tanto hipnótica, en la foto, que estaba por demás en blanco y negro, el chico sostenía en lo alto de su mano una hoja de papel totalmente arrugada, a su lado había fuego en el piso y él estaba del brazo de otro hombre, se veían felices, la chica no recordaba la ultima vez que haba visto un rostro tan feliz en toda su vida, y tal cosa la hizo sonreír sin motivo aparente, como si de repente se hubiera contagiado por un recuerdo que ni siquiera le pertenecía pero que sin embargo le resultaba exquisito En la mesita había algunos otros objetos personales, un Rolex masculino color plata, alguno que otro dólar tirado alrededor y un vaso color transparente con algo espumeante dentro “Te hará bien, es algo para la migraña” - Decía un papelito que estaba bajo el vaso, sin embargo la chica se sintió renuente a obedecer a alguien a quien ni siquiera le haba visto la cara, alguien que por demás no recordaba y en quien por supuesto no confiaba Tras dar un par de vueltas más alrededor del pequeño cuarto, y darse cuenta de que no había nada más que ver, o que conocer, la chica volvió a tumbarse en la cama sintiendo como de pronto unas arcadas terribles inundaban y doblegaban su estómago, algo había consumido la noche anterior, y el problema era que no recordaba que había sido ese algo -Pensé que para esta hora todavía estarías muerta- Un hombre, con el cabello azabache, y los ojos color miel apareció por la única puerta a parte de la del baño en la habitación, iba vestido con una sudadera que caía de sus caderas y su pecho estaba totalmente desnudo, imagen que estaba descolocando a Amanda mucho mas de lo que le gustaría aceptar -¿Quién demonios eres y que hago aquí? - inquirió sentándose, y mirándolo fijamente a los ojos, por muy bueno que estaba era un extraño, y sus hormonas no podía vencer a la razón, por lo menos no hasta que averiguara como era que había llegado hasta allí -Yo también he despertado bien, gracias por preguntar- Sonrió, y fue justo con esa sonrisa torcida que desvelaba una pequeña cicatriz en el labio, cuando Amanda lo reconoció como el chico en la fotografía  -No voy a irme con formalismos con un maldito desconocido que me ha secuestrado- Reclamo cruzando sus brazos sobre sus pechos que le dolían por haber dormido con un sujetador que era demasiado apretado para lo que podía soportar -No parecía un secuestro anoche cuando te traje en mis brazos hasta la cama- Le guiño el ojo, y entonces comenzó a hacer algo que Amanda encontró totalmente fuera de lugar El hombre se estaba desvistiendo ahí frente a ella -¡Oye! - Amanda refunfuño -¿Qué? - Él se dio la vuelta y la miro con diversión -¿Podrías intentar no desnudarte frente a mí? Ni siquiera se tu nombre por Dios- Le recordó -No voy a mostrarte nada que no quieras ver- Se carcajeo a su costa y tomo una toalla de baño que se ato a la cintura mientras miraba con unos ojos jocoso a Amanda, ella le resultaba algo divertida, y aunque parecía un tanto triste, y sus ojos lucían algo apagados, el chico iba a hacer todo lo que estaba a su alcance para que eso que le molestaba o que incluso le dolía dejara de estar presente por algunos segundos Conocía a Amanda, sabía por lo que había tenido que pasar, podía ver con facilidad sus cicatrices y algo en ellas lo hacia sentir interesado, como si no le importara cortarse con sus pedazos rotos, como si básicamente eso fuera lo que quisiera -No quiero ver nada, y necesito que me digas como salir de aquí- Pidió con enfado, algo en el semblante arrogante del chico la hacía querer asesinarlo, él parecía demasiado seguro, sus movimientos eran bastante claros, y sabía que lo único que estaba buscando era intimidarla, y no lo iba a lograr, no se intimida a una chica que le ha hecho frente a la muerte Aunque si la muerte hubiera tenido esos ojos, esa sonrisa maltratada, esos pectorales y abdominales bien marcados, o si quiera ese cabello negro como la noche envuelto en sudor, quizás, haber sucumbido a ella habría sido un tanto mas placentero, y menos difícil- Pensó dándole una mirada rápida al hombre frente a ella -Te diré en cuanto salga de darme una ducha- El chico se dio media vuelta, dejando a una Amanda con la boca abierta y hablando sola -¡¿What?! ¡No, no será cuando a ti se te dé la gana! Tienes que darme respuestas y tienes que dármelas ahora- Comenzó a refutar yendo tras de él que ya había entrado en la pequeña ducha de su pequeña habitación Con toda la intención del mundo, el hombre abrió la llave del agua caliente y se metió bajo el caudal del agua sin darle tiempo a Amanda de seguir hablando tras sus espaldas, y para desgracia de ella, cuando entro en el baño se dio cuenta, de que lo único que separaba el lavabo de la ducha era una fina cortina de plástico que ni siquiera alcanzaba a cubrir toda la zona -¡Te he dicho que tienes que darme respuestas! - Espeto mientras trastabillaba con el agua que corría, y se quedaba de piedra ante la imagen que tenia al frente -¿Has decidido unirte? - Él sonrió con altanería y se acercó hasta la chica, sin importar que estaba completamente desnudo y que Amanda estaba prácticamente babeando por su culpa- ¿Vamos a ducharnos juntos, Amanda? El espacio era demasiado reducido para dos personas, estaban el uno frente al otro, él completamente mojado por el agua caliente, y ella deseando no tener cosas en su cabeza que le impidieran besar esos labios que sabía que podía morder en ese momento si es que así lo quisiera, Amanda no era tonta, ese hombre estaba buscando una cosa, y era ella misma, y aunque la chica también lo quería, no era el momento, no allí cuando se sintió prácticamente traicionando a Chris -No me gusta bañarme con la ropa puesta- Respondió la pelinegra alzando una ceja y sintiendo sus labios mas secos que de costumbre -Entonces quítatela -Creo que ya debo irme -Tu cabello ha de verse muy bien mojado- El chico saco una de sus manos del agua caliente y entonces tomo un mechón del largo cabello de la chica entre sus dedos- Creo que a ti también te caería muy bien una ducha -Tienes razón- Amanda puso los pies nuevamente en la tierra, y dejo de ver esos ojos que lo único que estaban haciendo era manipularla- Y tomare una, solo que no contigo dentro -¡Eso ya lo veremos bonita! - El chico se rio y continuo con el ritual del baño mientras Amanda le daba la espalda y salía del baño tratando de controlar su cuerpo que lo único que quería era despojarse de la ropa y correr bajo el agua con el desconocido -Una cosa más- Ella se detuvo en la entrada del baño- ¿Vas a decirme como te llamas? -Mike Thousand, Amanda, mi nombre es Mike -Gracias- Ella cerro la puerta de un portazo y entonces como si alguien le hubiera dado un latigazo de realidad, sintió su cuerpo temblar del frio que todo eso le había producido ¿Por qué se había dejado desestabilizar de ese modo? ¿Por qué no había podido simplemente darle puñetazo en la cara y obligarlo a que le dijera como salir de ahí? Algo dentro de ella le decía que era porque simplemente ella no había querido irse, si así hubiera sido, habría tomado un par de esos billetes verdes tirados en el piso y hubiera salido en busca de un taxi que la llevara a su casa, porque si bien las respuestas eran importantes, no lo eran demasiado como para seguir sentada en la cama de un desconocido, tratando de recrear una noche que no debería mas si no olvidar Sentía que le debía algo a Mike, no sabia que, o porque, simplemente tenía esa sensación de deberle algo más a parte de lo que había hecho por ella la noche anterior -Puedes entrar si quieres- Mike salió de la ducha nuevamente con la toalla en su cuerpo, ¡Como si Amanda ya no hubiera visto cada parte de su anatomía! Pasándose la mano por el cabello mojado y llenando de gotas de agua el suelo de madera -No pensé que fueras tan rápido -Digamos que prefiero ahorrar agua para ocasiones más… Especiales- Dijo chasqueando la lengua entretanto Amanda volteaba los ojos, el chico tenía el típico prototipo de casanova, y ese nunca había sido su tipo -¿Puedes prestarme una toalla? - Ella titubeo con timidez, la situación era mas incomoda de lo que ella podía soportar con alguien como él -¿Ves? Ese es el tipo de cosas que podríamos habernos ahorrado de habernos bañado juntos -¿Sabes qué? Me secare con un par de cuadritos de papel higiénico- Ella cerró la puerta del baño y suspiro con pesadez -Te deseo suerte con eso- Le grito él from the other side, ¿Quién diría que la chica que la noche anterior estaba casi quitándose la ropa en frente de un montón de desconocidos era la misma que se sonrojaba con tanta facilidad? Mike se sintió momentáneamente mal por Amanda, se estaba comportando como un completo imbécil y sabía que la chica no estaba acostumbrada a estar en un lugar como en el que él vivía, Amanda era una chica de bañeras, de duchas con aromatizantes y cremas de donde elegir y aunque no se sintió en absoluto mal por lo poco que podía ofrecerle, por lo menos si iba a hacer que su pequeña estadía en su habitación fuera tan buena como pudiera hacerla -¡Oye! - Amanda grito y se tapo el cuerpo con las manos mientras sentía la puerta abrirse y veía la sombra que se colaba dentro del baño -Te he traído una toalla limpia -Sabes que eso no va a hacer que nos bañemos juntos, ¿Cierto? -Se llama cortesía- Replico él tras dejar la toalla al alcance de Amanda y cerrar la puerta tras de si Amanda soltó una bocanada de tranquilo aire, y entonces siguió bañándose, o bueno, haciendo lo mas parecido, porque en ese momento su cuerpo se sintió totalmente torpe y fuera de lugar Mike por su parte sabia que había un par de cosas que la chica en su ducha iba a querer preguntar, cosas a las que él iba a tener que responder, y aunque esperaba que el agua caliente refrescara su memoria, sabia que eso no iba a suceder por completo, dada la situación y sobre todo, la cantidad de alucinógenos que la chica había tomado en contra de su voluntad la noche anterior Nada más recordar las manos de Jonás sobre el cuerpo de Amanda, he hecho que el chico se pusiera nuevamente en guardia, como si de repente el mesero al que tantas veces se había enfrentado podría aparecerse de nuevo para tratar de aprovecharse de Amanda tal y como lo había hecho de valentina, su hermana Era una historia muy larga la que Mike tenia con Jonás, una que en algún momento iba tener que contar a Amanda, y una que al mismo tiempo seguía generándole unas insensatas ganas de aniquilar a Jonás con sus mismas manos si es que la orden de alejamiento que le puesto no se interpusiera entre sus deseos -¿Puedo hacerte una pregunta? - Amanda asomo su cabeza por la puerta mientras se fijaba atentamente en el chico que se veía mas que apuesto con ese suéter azul oscuro y esos vaqueros cayendo por sus caderas -Ya no quiero ducharme contigo- Él hizo un gesto negativo con su cabeza entretanto soltaba una risa inconsciente -¿Cuántas veces voy a tener que repetirlo? ¡Nunca en tu vida podrás meterte al baño conmigo! -Cuál era la pregunta? - Inquirió volteando los ojos e ignorando el comentario que la pelinegra acababa de soltar, porque él más que nadie sabía, que las palabras de Amanda se iban a quedar suspendidas en el aire, su mirada, su boca a punto de besarlo, y todas las señales en su cuerpo se lo prácticamente gritado -¿Crees… Crees que esto se ve muy mal? - La chica salió del baño, revelando una lamentable imagen ante Mike Su ropa se veía extremadamente sucia, y su rostro se veía cansado e incluso algo maltratado -Depende quien te vea- Mike levanto los hombros, y desvió la mirada de los ojos de ella, Amanda se veía mal, eso era cierto, pero en cuanto a él respectba, jamás la había visto tan dulce y sobre todo, tan real y humana, esa era la Amanda verdadera, no la que todos idealizados durante tantos años en la escuela, y mucho menos a la pelinegra que he convertido tras el escandalo de lo que había sido su ex novio -¿Qué quieres decir? - Ella trato de mirarlo nuevamente, pero él no hacía más que esquivar su rostro -¿Quién quieres que te vea? ¿De quién tienes que esconderte? - Mike dejo los papeles que estaba supuestamente organizando, y entonces se acerco hasta la chica, quien se fueron mas confundida de lo que se había sentido nunca ¿Quién era esa persona que tenía al frente? ¿Por qué parecía conocerla tan bien? Ella no recordaba haberlo visto nunca en sus cortos 18 años, sin embargo, él parecía penetrar su alma y acribillar sus mas interiores demonios con cada mirada que le daba o con cada paso que los hacia estar mas cerca el uno del otro, y asustaba, realmente daba miedo que alguien tan desconocido como lo era él pudiera ver tan claramente a través de toda ella -… Mi madre, ella no debe saber donde estuve anoche, o lo que sucedió -¿Por qué no puede saber? -Porque ni siquiera yo misma sé que fue todo lo de anoche, las ultimas doce horas son como un remolino extraño en mi cerebro, y algo me dice que tu tienes que ver en todo eso -Si te refieres a que gracias a mi no terminaste prácticamente violada por un imbécil, entonces sí, tuve algo que ver- Frunció los ojos -¿Qué dados? - Pregunto alarmada -Es una larga historia -Si, pero necesito saberla, solo recuerdo estar caminando y terminar en inferno, después de ahí, todo es negro para mí, y debo entender que fue lo que hice, y sobre todo, quiero que me digas ¿Por qué me ayudaste? -Porque eres una chica, no estabas en tu sano juicio y yo no iba a permitir que se aprovecharan de ti -No, esa no es la única razón Mike, me ayudaste por algo que me ocultas, y lo hiciste por la misma razón por la que ahora estoy en tu casa -Te lo debe -¿Pero de qué diablos estás hablando? - La chica llena de una frustrante impotencia, comenzó a caminar alrededor de la habitación pequeña, él le estaba mintiendo, lo podía ver en sus ojos, tenia esa extraña mirada que solían las personas al mentir , ella mas que nadie la conocía a la perfección, porque se había visto a si misma más de una vez ensayar mentiras frente al espejo Mike se quedo en silencio durante algunos minutos, no era una razón, eran demasiadas las que lo requirió a caminar hasta Amanda y salvarla de las manos de Jonás, y aunque le gustaría creer que fue solo por su hermana y su historial con el mesero , no podía mentirse a sí mismo, la cuestión y lo que él había hecho por ella iba muchísimo más allá de Jonás, sin embargo le era imposible explicarle eso a Amanda, no podía decirle que él había sido testigo de un crimen y sobre todo, no podía decirle que había dejado que mataran a una de las personas que ella mas quería en el mundo Y no lo hacía porque ni siquiera él mismo se perdonaba haber sido tan cobarde, Mike jamás iba a olvidar esa noche, porque esos pocos minutos en que había estado paralizado del miedo por completo su vida, y he dado dado fin a la de otra persona -Porque te conozco, se quien eres -Si, eso me quedo mas que claro anoche cuando me llamaste por mi nombre, lo que quiero saber es de donde, y ¿Por qué yo no puedo dar con tu rostro en mi mente? -Debiste haberme olvidado, me gradué un par de años antes que tú, solo te reconocí- Mintió -No se que a juegas, pero me estas mintiendo, y yo ya no quiero hacer parte de esto- Amanda se puso un mechón de cabello tras la oreja, y entonces se dispuso a salir de esa habitación -¡Espera! - Él la tomo de la muñeca, y la obligo a detenerse- Déjame invitarte un café ¿Qué puede ser más inocente que eso? -¿Vas a decirme la verdad? -Tratare Amanda miro a sus ojos llenos de duda, para después fijarse en su mano sobre su muñeca, no podía decirle que no No decirle que no, y eso era lo más inquietante de toda esa extraña mañana, que quería por mas que le daba vueltas a la situación, había una única cosa de la que no quería escapar, y era precisamente de Mike.    
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