Un casi beso- Capitulo 3.

3447 Words
-¿Quieres caminar o prefieres que vayamos en mi auto? - Inquirió Mike mirando de reojo a Amanda que se acomodaba tanto como le fuera posible en vista de su situación -¡Ja! - Exclamo la chica- Ni en un millón de años me subiría en un auto contigo- Volteo los ojos, sin embargo al ver la expresión de su compañero se dio cuenta de que esa era una cosa que había hecho precisamente la noche anterior- Por lo menos no en mi sano juicio- Aclaro mirándolo con fastidio -Parece que en menos de 24 horas has violado tus propias reglas más que yo las de mis padres durante toda mi adolescencia- Se rio -Eso es algo que pienso enmendar- Mike se quedó observándola por un minuto -Deja de intentar reparar tu vida, así como esta, está bien, sin importar con cuantos te besuqueaste anoche o la forma en la que todos vieron tu ropa interior en el club- Mike tomo un cigarro entre sus manos, y se lo llevo a los labios Amanda lo miro fijamente, no sabiendo que sentir al respecto de ese extraño chico, por un lado quería apagar ese cigarro del que nunca había sido fan, y por otra parte quería gritarle y hacer pagar sus palabras, y el problema era, que no sabía muy bien porque era que estaba tan molesta, si por toda la razón que él tenía, o porque estaba escuchando a un extraño cuyo juicio se veía más que afectado ya quien no debería si no ignorar Toda su vida, Amanda había intentado ser perfecta en todos los ámbitos de su vida, sus notas escolares altas, su comportamiento en casa el mejor, tenía al mejor chico que podía haber conseguido, su amor era casi de cuento, su cabello perfectamente peinado, su uniforme tan pulcro e impecable como siempre, y aunque había tenido todo y más de lo que podría haber necesitado o querido, esas cosas nunca ha sido resultado suficiente, como si en el jodido mundo todo estaba bien menos ella en cuestión Ni siquiera Chris, con sus adictivos besos y sus calientes abrazos había conseguido que ese vacío en Amanda desapareciera, y aunque cuando estaba con él, el resto de cosas le daban un poco más igual, al llegar la noche, y poner todo en perspectiva, resultante siendo un poco más desconcertante de lo que ella quería, algo faltaba o incluso algo sobraba, nada estaba en su punto Y empezaba a creer, tras escuchar las palabras de Mike, que el problema estaba ahí, en querer hacer parte de la perfección y el orden cuando la felicidad estaba en aquellos pequeños detalles que desataban el caos, quizás por eso esa mañana se sintió más vivía que hacía mucho tiempo, porque estaba haciendo parte del pequeño caos que era Mike, él parecía disfrutarlo, y algo de eso le daba incluso un tanto de envidia -Reparare lo que me dé la gana de reparar- Señalo Amanda con altanería -Si te vieras en un espejo cuando hablas así, dejarías de hacerlo- Rio- Eres muy graciosa, nena -Vamos a dejar un par de cosas claras- Amanda se detuvo frente a Mike que estaba cerrando la puerta de su pequeño departamento tras de ellos, y entonces levanto la mirada para verlo directamente a los ojos- No soy una “Nena”, mucho menos la tuya ¿De acuerdo? -Bueno, creo que me gustaría negociar esa condición- Mike soltó una risa de medio lado y se acercó un poco más a la chica Amanda se quedó quieta donde estaba, quería ver cuál era el próximo paso de Mike, cuál iba a ser su siguiente jugada, porque algo dentro de ella estaba implorando prácticamente que la besara, su agitado corazón y su piel que se había electrizado se morían por conocer a que sabía Mike El chico puso su mano que estaba fría como un hielo, en el cuello de Amanda y entretanto que se acercaba otro poco, enredo sus dedos entre la nuca y el cabello de la chica, tal caricia, puso a Amanda con los pelos de punta, Quería más que eso, y aunque la otra mitad de ella le rogaba que lo apartara, quería que quería ser egoísta con Chris y su historia solo quería que Mike no se alejara por lo menos en un buen tiempo Amanda cerro los ojos justo cuando Mike se acercó a ella, sin embargo y en contra de todos los instintos del chico que también se morían por hacer Amanda suya en ese preciso instante, acerco sus labios al lóbulo de su oreja, y mordisqueo un poquito aquella zona sensible de la chica, haciendo que ella soltara un suspiro de excitación -No voy a besarte, Amanda- Susurro para después apartarse lentamente La chica abrió los ojos, y entonces lo miro con un profundo resentimiento y sobre todo vergüenza, se había expuesto ante él, y él solo le había jugado una mala pasada -¡Eres un maldito idiota! - Lo golpeo en el pecho para después caminar hasta la salida del edificio- ¡Yo tampoco iba a besarte! ¡Ni en un millón de años besaría a alguien como tú! ¿Quién demonios me crees? ¡No soy una cualquiera, y tú eres un completo desconocido! -Lo bueno de todo esto es, que todos mis vecinos se han enterado ya de que no eres una chica fácil- Le grito Mike tras verla saliendo, su voz al igual que la de Amanda había hecho eco y se había escuchado hasta por lo menos el último piso del edificio Tras poner llave a su departamento, Mike salió en busca de Amanda que estaba con los brazos cruzados sobre su pecho tratando de orientarse, se detuvo un segundo y soltó una bocanada de aire, no había besado a Amanda no porque no quisiera hacerlo, porque él más que nadie sabía que había estado a punto de sucumbir ante todos los encantos de la pelinegra El problema radicaba en que aunque quería, no podía hacerlo, Amanda no era ese tipo de chicas a las que besas en un bar y después olvidas, ella era mucho más que eso, era entregada, apasionada, y sabía que en cuanto sus bocas se juntaran, y algo más allá pasara entre ellos dos, no iba a poder dejarla ir, y de retenerla a su lado, entonces no duraría tanto, ella iba a odiarlo, y no sabía cuándo, pero tenía certeza de que esa chica de grandes ojos negros iba a considerarlo la persona más despreciable sobre la faz de la tierra cuando se enterara de todo lo que él tenía para decirle -No te fuiste, comenzamos a entendernos- Sentencio al llegar al lado de ella -Quiero respuestas, y prometí no irme hasta conseguirlas- Levanto los hombros with indiferencia- Now ¿Hacia dónde vamos? -Ya lo veras- Aseguro Mike -No, vas a decirme en este preciso instante a donde es qué piensas llevarme, no sé si esto te parece una cosa de risa, pero a mí no, quiero saber a dónde me estoy dirigiendo, necesito saber que esto no es otro de tus chistes estúpidos- Refuto -Hay un Starbucks dos cuadras más abajo- Hablo- ¿Te gusta el café? -¿A quién no le gusta el café? - La chica volteo los ojos mientras comenzaba a caminar calles abajo -Si sabes que puedo no estar diciéndote la verdad, ¿Cierto? Puedes estar caminando hacia otro de mis malos chistes sin siquiera darte cuenta -Entonces creeré en tu mentira, por lo menos mientras dure -Si, supongo que eso es más fácil- Bufo -¿Por qué siempre pareces tener una respuesta correcta a todo? - Ella lo miro con desdén entretanto se cubría del frio que estaba haciendo esa mañana en la ciudad- ¿Ensayas diálogos o que carajos? Porque me estoy cansando de que cada respuesta tuya se algo así como un análisis psicológico, espera, no eres psicólogo, ¿Cierto? -¡No! - Mike soltó una sonora carcajada- No soy psicólogo, y mis respuesta no son las correctas siempre, si quieres que mis palabras dejen de importar, entonces no las relaciones más con tu vida- Señalo -Después de todo, ¿Qué eres? - Pregunto -… ¿Una persona? -Hablo enserio, quiero decir ¿De dónde saliste? ¿Quién eres Mike Thousand? -No hay mucho que saber de mi Amanda, después del instituto me quede a la deriva, soy solo Mike -No eres el único- Amanda miro hacia el suelo, y recordó lo que he sido los últimos meses de su vida, todo había sido tan negro y tan gris, que ni siquiera vida podía considerarle a ese pequeño lapso de time where su corazón había muerto Mike le echo un vistazo a la chica a su lado, y entonces se fijó en la seria expresión que su rostro había adoptado, y nuevamente ese pinchazo y esa culpabilidad recorrió cada de las fibras del musculoso cuerpo de Mike, él podría haber evitado esa expresión, y sin embargo ahí estaba ella, sufriendo por algo que él ya no podía detener -Perderse no es tan malo- Hablo el chico, rompiendo la fragilidad que se había creado alrededor de ellos -No, lo malo es perder otras cosas- Y ahí estaba, como si ella le hubiera clavado un puñal por la espalda se sintió esa confesión, y se lo merecía, ciertamente Mike sintió que se merecía eso y mucho más por los secretos que mantenía enterrados en su alma ¡Si tan solo ella supiera que hizo parte de una historia mucho antes de que siquiera comenzara! - Pensó el chico Mike se quedó por unos minutos caminando en silencio, no se sintió capaz de decir nada más, porque de hablar, era muy probable que no resistiera más esa mirada de ella y le confesara toda la verdad, o peor aún, que se detuviera y la besara con tal de quitarle la tristeza del rostro, y él en realidad no sabía definir cuál de las dos cosas era peor No podía hacer eso a ella, no podía orillarla al abismo nuevamente, eso ya lo había hecho en el pasado, y desde hacía algún tiempo que venía lamentándose por ello día tras día -Parece que hemos llegado- Dijo soltando una risa que a la pelinegra le pareció algo dulce e inocente -Así que me dijiste la verdad- Ella también sonrió -Si, suficientes jugarretas por un día- Sentencio Ambos chicos entraron por la puerta del Starbucks, olor inundo las fosas nasales de los dos, olía a canela, café caliente, y panecillos de almendra, Amanda se quedó estática allí donde estaba, al sentir los recuerdos que la embargaban tras aspirar del aroma , olía como a esa primavera when se conoció con Chris, era exactamente el mismo olor que había aspirado en esa primera cita que en ese momento parecía demasiado lejana Y en algún extraño punto, pudo ver como ella y Chris reían y tonteaban en una de las mesas del fondo, incluso aunque no se tratara de más que imágenes que su mente estaba recreando con el único propósito de hacerla añicos recordándole algo que no iba a tener jamás -¿Estas bien? - Mike frunció el ceño mientras intentaba llamar la atención de la pelinegra que parecía perdido en la nebulosa -Si- Ella se sacudió de los recuerdos y los sentimientos, y entonces se dirigieron a la fila para hacer su pedido- ¿Ahora si vas a contarme del desastre que fue anoche? - Inquirió ella mientras se sentaban en una mesa cerca a la ventana -¿Recuerdas a Jonás? -¿Raúl? - Amanda frunció el ceño -Llámalo como quieras llamarlo, pero te drogo con las bebidas que te dio- Amanda se quedó buscando en su cerebro algún recuerdo que le dijera que las bebidas sabían a algo extraño, sin embargo tal cual a como le había pasado antes, no hallaba nada de la noche anterior más que sombras borrosas -No- Ella negó con la cabeza- Raúl era el mesero del bar, él solo me estaba dando lo que yo le pedía -Si lo hizo, y no eres la primera- Frunció los labios -¿Qué quieres decir con eso? -Jonás tiene cargos por abuso, él… Intento abusar de valentina, mi hermana -¡Oh! - Amanda abrió los ojos con sorpresa- ¿Pero cómo es que esta libre? ¿Por qué lo dejan trabajar en ese sitio? -No hay las suficientes pruebas en su contra para ser condenado, ese bastardo se ha salido con la suya una y mil veces, ya los dueños del bar lo único que les importa es que sirva las bebidas, ellos no van a hacer nada al respecto -¿Y tu hermana? ¿Ella… Esta bien? -Si, afortunadamente no estaba sola esa noche, pero solo habría necesitado un segundo más para llevarla consigo, tal cual a como hizo anoche Amanda se removió incomoda en su asiento, de repente se sintió mal, el estómago se le había revuelto y quería vomitar, el hecho de pensar en que él hubiera hecho algo la hacía querer devolver lo poco que había comido en los últimos días -Después de todo, ¿Cómo fue que llegaste a inferno? - Inquirió el chico -No lo sé, solo estaba vagando por ahí y me tope con un lugar que parecía… -¿Peligroso? - Mike soltó una sarcástica risa torcida -Parecía un lugar en donde no me encontraría con nadie de mi vida- Sentencio Mike se relamió los labios y bajo la mirada hacia su café, él más que nadie conocía ese sentimiento, ese que lo había obligado a alejarse de todos sus principios y las personas que lo he conocido, él entendía lo que la chica le quería decir incluso aunque ella no había sido demasiado explicita, esa sensación de estar perdido y de necesitar un sitio en donde encajar también había echo parte de él, también la había padecido Y en ese momento la entendía, la entendía como jamás había entendido a nadie, sobre todo, porque conocía también, las razones por las que la chica se había sentido de tal modo No se trataba de solo buscar perdido por las calles de la ciudad, se trataba de buscar perdido por completo, en todo el sentido de la palabra, desde el interior, hasta el reflejo en el espejo que a veces costaba reconocer -Pero fue un completo error- Espeto Amanda- Sin embargo creo que te debo un gracias- Ella ladeo un poco el rostro, y aunque intento dedicarle alguna sonrisa que acompañara a su agradecimiento, lo único que hizo fue detenerse en cada una de las facciones de Mike, ellas le decían que el chico tenía muchísimas más historias para contar de las que nadie creería -Puedes agradecerme saliendo conmigo- En su cabeza Mike había decidido decirle algo totalmente diferente, quizás un “De nada” para después llevarla a casa y pedirle que se cuidara, pero aunque sabía que nada bueno iba a salir de allí, no podía evitar esa sensación de querer ayudarla a salir de ese hueco que él podía haber evitado Había pasado los últimos meses de su vida martirizándose por lo que había pasado, y en ese momento que tenia la oportunidad de su redención delante de si, sintió que no podía dejarla marchar así como así, no sabia porque las jugarretas de la vida lo llevado a Inferno anoche justo cuando Amanda también había entrado, no sabía que era eso que los había hecho encontrarse, pero fuera lo que fuera, no podía desperdiciar la oportunidad Debía confirmar de que Amanda estaba bien, de que pudiera por fin salir del laberinto, y si es que acaso tenía tanta suerte, debería mostrarle que las segundas oportunidades existían, y que ella debería hacer uso de ellas, debería mostrarle que había vida mas allá de todo lo que ella pensaba inexistente, había un algo mas por lo cual ella podía luchar -No se si sea una buena idea- Dudo -¿Por qué no? - Amanda se disponía a dar todas sus razones cuando de repente una carcajada proveniente de una mesa llamo su atención Se trataba de una chica con cabello gris que reía a causa de algo que le había dicho su compañero, un hombre de mas o menos la misma edad de Mike, ella lo miraba y no podía evitar reír, la desconocida estaba a punto de llorar a causa de su risa, y eso solo hizo que el estrujado corazón de Amanda le ardiera dentro de si Ellos lucían felices, parecían estar bien juntos, se veían como de esas personas que no te encuentras todos los días en el camino, pero sobre todo, había un sentimiento con el que se podía describir a la perfección aquella situación, y ese era el amor , cada mirada de ella hacia él, cada caricia de él sobre las manos de ella, se veían sublimes, y preciosas, derrochaban algo que Amanda había tenido en el pasado, algo que añoraba mas que nada en su vida Y el problema era que aunque le hacia falta, la pelinegra no volver a encontrar eso en otra persona que no fuera Chris, y es que de encontrar a alguien más, no sabía si iba a ser capaz de sentirse de la forma en la que ellos se veían, no sabía si iba a poder amar a alguien como lo había hecho en el pasado, la atracción era atracción, y aunque la podía sentir incluso por Mike, dudaba tener la capacidad de poder amar de verdad a algún otro hombre Para ella, el amor había muerto junto con Chris, y no había nada mas de ese sentimiento que ella quisiera vivir a excepción de las fotografías que veía del chico en donde podía sentir, con los vellos de punta, los recuerdos tan vivos en su alma y corazón como si estuviera disfrutándolos justo en ese momento, no quería volver a sentir nada por nadie como lo había sentido por Chris, no quería, y sentí que no podía Era muchas las consecuencias del amor, y ella no se sintió capaz de soportar mas de sus estragos, dolor, abandono, muerte, la gente siempre terminaba yéndose, incluso aunque juraban no hacerlo, incluso aunque prometían estar siempre ahí, se iban, unos porque se les acababa el amor, otros por cobardía, y otros porque simplemente morían, las personas eran personas, y rompían sus promesas Amanda ya no quería más palabras en el aire, no quería mas cosas a medias, mas amores sin consumar, ella ya no quería nada de eso, porque por demás, había dejado de creer en el amor y todo lo que significaba, nadie iba a quererla como Chris, y era mejor estar sola que viviendo de los retazos de un sentimiento, o peor aún, con un corazón a la mitad -¿Entonces? ¿Qué te parece mi propuesta? -No- Musito sintiendo como de pronto una lagrima caliente atravesaba su rostro que no había dejado de mirar a la parejita del fondo -¿He dicho algo que te molestara? ¿Todo está bien? -Mike se alarmo, de un momento a otro ella simplemente se había derrumbado, y eso lo asustaba -No, es solo que no puedo salir contigo- Amanda lo miro a los ojos, y entonces se trago el nudo en su garganta -¿No puedes, o no quieres? -Ninguna de las dos -Pero, ¿Por qué? Te estoy invitando a una cena, no a un viaje por la Bahamas- Mike quiso tomarla de la mano que ella había puesto sobre la mesa, sin embargo ella la retiro antes de que incluso él pudiera rozar su piel -Porque se lo que vendrá después de eso -¿Qué quieres decir? -Vas a querer invitarme a una segunda cita, me enviarás flores a casa, me escribirás mensajes cursis y sin sentido a mi teléfono, me llamaras para saber como estoy, intentaras seducirme y enamorarme a como de lugar, y si es que yo en realidad te gusto, entonces me pedirás que sea tu novia, yo probablemente acepte, te diré que sí, viviremos un cuento de hadas… Hasta que llegue la media noche y la carrosa se convierta en calabaza -Creo que estas viendo las cosas como no son- El chico frunció el ceño ante el monologo de ella -Eso en el mejor de los casos, porque en el peor, solo habrás hecho todo eso con el fin de romperme en mil pedazos, ilusionarme para luego largarte como el resto del mundo- Le grito -¡Estas demente! ¡Yo no pienso hacer ninguna de esas cosas! -Tampoco es como si importara demasiado, tarde o temprano vas a irte, y ¿Adivina qué? No quiero mas de esa mierda- Aseguro, para después levantarse de su asiento y marcharse, tal como debería haber hecho hacia muchísimo tiempo -¿A dónde vas? -No es tu problema -Si sabes que voy a buscarte ¿Cierto? -Pues suerte con eso- Amanda le extendió el dedo medio mientras se marchaba y entonces tras salir de la cafetería, se escondió en uno de los laterales de la calle, y se echo a llorar, lloraba porque quería creerle y pensar en que sus intenciones eran las mejores, pero su lastimado corazón le gritaba que suficientes guerras había perdido como para añadir una mas al prontuario -Eso espero- Sollozo respondiendo a la pregunta que él había hecho.    
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