Emma Hernández. Está todo preparado. Después de dos semanas de arduo trabajo, por fin conseguimos dejar las cosas en orden en la empresa para poder volver todos juntos a México ya para quedarnos. Hubiésemos querido irnos antes, pero debido a inconvenientes inesperados, nos tomó más tiempo de lo calculado. Estoy nerviosa, demasiado que no consigo quedarme quieta un segundo, pero hoy lo estoy más que nunca. Siento una batalla épica en mí estómago y un nudo extraño en la garganta que no me deja respirar normalmente. Estoy ansiosa por ver a Carlos después de estos años. —Llego el momento, Melanie —digo tomando a mí pequeñita de su cuna donde está jugando con su peluche de pulpo. —Vamos a casa, amor, junto a papá. Camino con ella en brazos hasta el balcón, nuestro lugar favorito, donde nos