Dos semanas después... Cherry despertó al escuchar ruido en el piso de abajo. Miró el reloj sobre su mesita de noche y suspiró al ver que apenas eran las tres de la mañana. Todavía le quedaba tiempo para dormir un rato más. Se giro para ver Ángel pero su lado estaba vacío. -Otra vez- susurró y recostó la cabeza en la almohada. Desde el día en que Cherry le escribió, Ángel solo le había enviado mensajes a altas horas de la noche para sexo, obviamente. Simplemente le preguntaba si estaba libre y se presentaba en su casa minutos después. Al principio ella estaba bien con eso pero comenzó a molestarse cuando después de terminar, se vestía y desaparecía sin decir una palabra. Como si se tratara de un asunto de negocios o algo parecido. Después de cerrar el trato cada uno por su parte. Pe