Una obsesión inesperada

Una Obsesión InesperadaEscrita por: Ana MArtínez Osorio REGISTRADA EN SAFE CRETIVE BAJO EL CÓDIGO 2101066514499 ******  [Gael] Huir, no era la opción, pero tampoco el quedarse. La vida de mis hijas corría peligro junto con la de la mujer que amaba. Sin embargo, esto no podía quedarse así, tenía que tomar cartas en el asunto mientras ella se recuperaba, al menos protegerla, protegerlas, hasta que Adela estuviera lista para enfrentarlo y acabar con todo esto. Mientras tanto, era mi responsabilidad darle un seguro.  Después de llegar al hotel que he reservado y de darnos cuenta que nuestra habitación es más grande que el piso en sí, Adela y yo respiramos tranquilos por un momento, más ella que yo, ya que desde que pasó lo sucedido en el piso  no ha dejado de llorar. Le he pedido al doctor que venga a verla porque no sé si podrá darle algún tipo de calmante. Pobre Adela, y digo pobre no porque la compadezca si no porque el año pasado y este parece que no han sido los mejores. El primero arruinado por el tonto de su marido y el segundo por un acosador que no podemos verle la cara. No sé como se mantuvo tranquila en los primeros meses del embarazo.  El personal del hotel nos ha proporcionado una cuna para las nenas que hemos instalado a un lado de nuestra cama y en la cual las recostamos a dormir esperando que nuestras hijas no les afecte la mala noche que han tenido.  ― Hermosa, iré al lobby a ver unas cosas ¿crees que puedas quedarte aquí? ― le pregunto con todo el tiento del mundo.  ―Sí, no te preocupes ― me contesta.  Mi valiente Adela, la que con un cuchillo estaba dispuesta a defender a sus hijas pasara lo que pasara, ahora es un manojo de nervios que no deja de temblar. Antes de irme  le doy un beso en la frente y salgo de ahí con toda la preocupación del mundo. Sé que ella no está bien, no está pensando racionalmente como suele hacerlo y eso le desespera. Está acostumbrada a defenderse sola pero hoy enloqueció lo que quiere decir que esto la está sobrepasando y que posiblemente no encuentre la salida, así que necesito empezar hacer algo, antes de que la mujer que amo acabe en un manicomio por una persona que no tiene rostro y se mueve como un fantasma entre nosotros.  Llego al lobby e inmediatamente la seguridad que contrate se acerca a mí ― ¿Señor Salvartierra? ― me pregunta mientras estira la mano.  ―Sí ¿Han? ― le pregunto.  ―Así es. ―¿Crees que podamos ir al bar? ― pregunto ― Sé que no son horas pero necesito un trago, he pasado unos días muy estresantes.― ―Como usted desee señor, yo no soy nadie para juzgar ― me responde.  Han y yo entramos al bar e inmediatamente nos sentamos él me entrega sus papeles ― Estas son mis referencias ― comenta ― es para seguridad suya.― ―Gracias― estiro la mano y comienzo a leerlos ― ¿Conoces a la actriz Adela Carasusan? ― le pregunto.  ―Sí, claro, es mi personaje favorito de la saga de las estrellas ― y sonríe.  ―Bueno, ella es...mi esposa ―  le comento y aunque sé que no es cierto quiero que sepa que estamos juntos para evitar cualquier situación ―  ha empezado a sufrir acoso desde hace meses atrás. En España teníamos una seguridad para el edificio, después se calmaron las cosas y ya no fue necesario, pero hoy por la madrugada tuvimos un incidente y veo necesario que tengamos a alguien con nosotros 24/7 de nuevo, ya que ella se está volviendo completamente loca por el miedo.  ―Entiendo.― ―Tenemos dos pequeñas de meses, ellas son las que necesitan  tu especial cuidado, así que te pediría que principalmente te enfocaras en ellas ― le pido.  ―¿Y en usted no? ― me pregunta.  ―No, quiero que siempre te estes enfocando en ellas, yo no estoy en peligro te lo puedo asegurar ― le comento.  ―O.K, entonces protegeré a la señora Carasusan y  sus hijas ― me dice seguro.  Asiento con la cabeza ―empiezas hoy, necesito que vengas conmigo a la habitación para que Adela te conozca y platiquemos todos ¿tienes pasaporte vigente? ― pregunto.  ―Sí, claro ― asegura.  ―Perfecto, porque viajarás con nosotros a donde vayamos, dentro de una semana nos iremos a España y te necesito ahí Han ¿entiendes?― ―Sí señor.―  Me tomo el poco whisky que me sirvieron en el vaso de un sorbo y siento como el alcohol quema mi garganta ― Vamos, no quiero dejarlas solas mucho tiempo.― Han y yo nos ponemos de pie y caminamos hasta al elevador, él mueve su cuello en señal de nerviosismo ― ¿Todo bien? ― le pregunto.  ―Sé que es un trabajo pero, es Adela Carasusan ― dice emocionado y yo sonrío.  ―No esperes una recibimiento muy amistoso hoy Han, pero verás que con el tiempo ella será más amigable.― Llegamos al piso donde se encuentra la habitación y minutos después entramos, Adela arrulla a Elena mientras le habla bajito.  ―Dela ― le murmuro y ella voltea para ver a Han, este chico alto de 1.90 metros, de cuerpo atlético y listo para trabajar ― él es Han, nuestro nuevo guardaespaldas.―  ―Señora Carasusan ― dice él emocionado ― me encantó su papel en la película….―  ―Me alegra ― contesta apática y sin dejarlo concluir la frase. ―Han irá con nosotros a  España, y nos cuidará hasta en la casa.―  ―Dijiste que en Málaga no necesitábamos que nos cuidaran.―  ―No pasará nada, sólo es para prevenir ¿sí?  ― me acerco a ella y le doy un beso en los labios.― ―O.K, está bien ― contesta sin dar mucha batalla, supongo que está cansada.  ―Han, ellas es Elena y la bebé de la cuna es Sara, a ellas principalmente debes cuidar con tu vida ¿entiendes? ― le digo firme.  ―Sí señor.―  ―¿Estás diciendo que contrataste un niñero para las nenas? ― me dice Adela sorprendida.  Sonrío, puede ser que Adela esté tocando fondo en el pánico pero nunca pierde el sentido de lo que pasa alrededor ― Me descubriste ― le digo serio.  ―¿Crees que él podrá cuidar a las niñas mejor que tú y yo? ― pregunta un poco fría.  ―No Adela, pero en caso de que tengamos que salir él podrá ayudarnos y quedándonos tranquilos por un rato incluso en nuestra propia casa,  te pido que confíes en mí.―  Ella se acerca a nosotros y  se para en frente de Han, él se queda firme y la ve a los ojos ― ¿Tienes experiencia cuidando niños? ― pregunta para mi sorpresa.  ―Sí señora, tengo dos hijos, soy padre soltero y los cuide durante toda su infancia, mi hermana me ayuda con ellos mientras trabajo ― contesta.  ―¿Por qué debería confiarte a mis nenas? ¿Cómo sé si no eres parte de todo esto que me está pasando?.―  ―No sé que le está pasando, si me lo explica con gusto la comprenderé ― contesta él serio ― Mire señora, tengo mis credenciales en este folder, puede hablar a la agencia para comprobar que me conocen, pero tengo una cosa que decirle, si puede confiar en mí o no, está sólo en usted, yo haré mi mejor trabajo y le juro que protegeré a sus hijas con mi vida, sólo usted dígame lo que debo hacer y no pondré pero alguno.―  Adela voltea a verme ―¿Puedo hablar contigo? ― me dice con la mirada fija en mi.  ―Un momento Han ― y entro con ella a la habitación y cierro las puertas.  ―¿Es en serio? ― me dice mientras pone a Elena en la cuna. ―Adela, escúchame, sé que suena a algo disparatado pero tengo mis razones.―  ―Te escucho ― dice con los brazos cruzado a la altura del pecho.  ―Necesitamos un respiro, necesitamos dormir tranquilos, no le estoy pidiendo que las atienda bañándolas o cambiándolas, pero sí que esté atento a ellas mientras nosotros hacemos cosas o incluso mientras tú tomas siesta o sales de compras, seis ojos son mejor que cuatro, además, si yo tengo que salir me sentiría mejor sabiendo que alguien se queda con las tres ― me acerco a ella y la tomo de la cintura  ― no será para siempre Adela, sólo hasta que sepamos quien está detrás de todo esto ¿confías en mi? ― Ella pone cara de pocos amigos ― Está bien, el guardaespaldas -niñero se puede quedar pero tiene sólo un mes de prueba y lo vigilaremos de cerca, si no me gusta... bye ― me pide.  ―¿Guardaespaldas -niñero? ― le bromeo. ―Basta Gael  ¿un mes ? ― me insiste.  ―Un mes, si no te gusta bye.― ― Necesito una siesta  ¿puedes ver a las nenas? ― me dice.  ―El guardaespaldas - niñero lo hará mientras yo  trabajo en la terraza. Sé que no te gusta la idea, pero conforme pase el tiempo verás que será útil.―  ―Eso espero.―  Adela vuelve a abrir la puerta y Han está de pie en frente de ella ― Ok, tienes un mes de prueba, en unas horas te diré cuales son tus tareas, no quiero que nadie sepa que nos cuidas así que ponte ropa normal ¿vale? ― le ordena.  ―Si señora.―  ―Y oficialmente eres guardaespaldas - niñero, pero te aviso Han, que si algo les pasa a mis hijas bajo tu cuidado te hundiré más profundo que el Titanic ¿de acuerdo?― ―Entendido señora ― contesta sonriente a pesar de la situación, supongo que nunca pensó que Adela Carasusan lo amenazaría un día, o él era muy confiado.  ―Gael  me voy a dormir, me caigo de sueño ― me confiesa.  ―Yo estaré en la terraza y Han se quedará afuera de tu puerta.―  ―Han, no te muevas de aquí por nada del mundo ¿entendido? ― le digo firme.  ―Sí señor .―  Entro con ella de nuevo a la habitación y cierro la puerta ― Mi amor, recuerda que puede parecer un diasparate pero todo lo que hago, lo hago por tí, por tú tranquilidad, porque cada día nos va peor y me parte el corazón verte tan asustada y angustiada.―  ―Lo sé, suena como de película un niñero -guardaespaldas, pero si crees que es lo mejor ahora, lo acepto.―  Ella se acerca a mí y me abraza ― Quiero perdirte perdón por lo hoy en la madrugada, lo de las tijeras, lo de salir disparatada, pero de pronto me sentí tan desesperada que pensé que era lo mejor.―  ―Tranquila mi amor, no hay nada que perdonarte, lo que quiero ahora es que descanses y te recuperes. Eso es lo que quiere esta persona, ponerte así pero no lo dejaremos ¿ok? Ahora duerme, yo trabajaré un rato, si necesitas algo..―  ―Te aviso ― complementa la frase ― Te amo Gael  gracias por estar aquí.  Le doy un beso y ella sonríe ― Yo te amo, las amo a las 3 y daría mi vida por ustedes.―  ―Deja de decir eso, y mejor ve a trabajar, no me quiero imaginar lo que acabas de decir.―  Adela me vuelve a dar un beso en los labios y después se recuesta sobre la cama. Me quedo con ella hasta que se queda dormida y salgo de la habitación. ―Con tu vida Han ― le advierto. ―Con mi vida señor Gael  se lo juro, no le fallaré.―  ―Espero, porque ella puede que te hunda si les pasa algo pero yo, yo te haré algo peor que no quiero ni mencionar. Adela y las niñas son TODO para mí ¿entiendes?.― ―A la perfección ― responde serio.  ―No es broma, si ese hombre toca a Adela o a mis hijas y tú estas cuidándolas, me vas a conocer y no es una amenaza.―  Él se acerca a mí y me ve a los ojos ― No le voy a fallar, se puede ir tranquilo señor.― ―Muy bien, iré a hablar con la policía para que vigilen a alguien, si la señora se despierta le dices que estoy en el lobby y que subo en un momento, no menciones lo que acabo de decir, se lo diré yo cuando sea el momento.―  ―Sí señor ― responde. Y yo salgo de la habitación.