Pròlogo

430 Words
Mi edad era muy corta para afrontar todo lo que estaba viviendo. No podía ponerme a llorar porque sería tiempo perdido. Y mi hermano me necesita ahora más que nunca, tenía que ser más fuerte para ayudarlo a superar lo que estábamos viviendo. —Abuela, Randy no me quiere dar más chocolate. —Walter corre a la abuela que se encuentra sentada en su mecedora tejiendo. Sonrío porque sé que ahora mi abuela me reprenderá por no darle más chocolate, pero si se lo daba, esta noche no iba dormir porque me la pasaría tratando de acostarlo en la cama. —Randy, deja al niño que coma chocolate. —Walter me sonreía con suficiencia. Niego con la cabeza riendo. —Pero abuela sabes que después no podremos acostarlo a dormir. —Me acerco a su mecedora, me da una mirada de que no discuta con ella, sabemos quién va a ganar. Extiende su mano para que deposite los chocolates en sus manos. —Luego no me digas que no te lo dije, —Walter se acerca a la abuela que le extendió las manos para que él tome los chocolates. Se mete todos a la boca de un puñado mientras ríe. —Es un niño que acaba de perder a sus padres. Déjalo que al menos disfrute de sus chocolates, no seas duro con él. —Dice cuando Walter se encuentra lejos de nosotros para que no escuchara. La abuela me mira con ojos dulces. —No fue el único que perdió a sus padres, —respondo incrédulo. —Pero él no asimilará las cosas como tú, él todavía no lo sabe. Déjalo que tenga un día estupendo. Tiene ocho años y tu doce, entiéndelo. —Dejo salir un suspiro, estoy cansándome de todo esto, del peso que llevo sobre mi espalda. Mi abuela durará pocos años para cuidar más de nosotros y cuando eso pase nuestra vida será más dura de lo que ya es. Desde ahora debería ser más responsable, no permitirme ninguna relación y nunca dejarme vencer, lucharía por mi hermano pequeño. Lo único que me quedaba en la vida. Me senté en el porche a lado de mi abuela, mientras ella veía como Walter corría con su avión de juguete en el jardín. Solo por ese momento me relajé, y miré a mi hermano reír. Sonreí al verlo tan feliz, sin saber que su vida no volvería hacer la misma después de que le dijera sobre el accidente que mató a nuestros padres. La noticia lo destrozaría. Pero yo estaría ahí para él, ahora y siempre. Para ayudarlo a afrontar la realidad. Nadie me lo arrebatará de mi vida. Y lo amaría con cada parte de mí ser. Era una promesa.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD